sábado, 10 de agosto de 2013

Razón y fe

Como el enfrentamiento de la razón con al fe se hace mayor en el siglo XVIII, no sería extraño que un día de estos el laicismo marque en 1759 el arranque de su corta vida y otorgue a la Enciclopedia el rango de Biblia de la intelectualidad, con Diderot en el papel de San Juan y D'Alembert, al que se le daban bien los números, en el de San Mateo, que fue publicano antes que apóstol.
Para el laicismo el siglo XVIII es el punto de partida de la modernidad, esa vieja dama que intenta desde entonces que el hombre sustituya a la trascendencia por la moda del momento. Por lo que resulta incoherente que un siglo después Marx calificara de opio del pueblo a la religión, a pesar de que en en el XIX era el comunismo el que oficiaba de novedosa absenta de clases. Aún hoy no es más que el chupito del proletariado.

2 comentarios:

  1. Nunca podrá llegar nadie a hacer por amor lo que Jesús hizo en las bodas de Caná: escuchar a su Madre y hacer felices a unos novios,amén de manifestarse y hablar del vino nuevo que supera al viejo...
    Un abrazo.

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  2. El vino nuevo, la vida nueva, Jesús. Un abrazo.

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