jueves, 27 de diciembre de 2012

El Opus y el Pupas

A muchos les gustaría que el Opus fuera el Pupas del catolicismo: Papá ¿por qué somos de la Obra? Pero, puesto que se mueve en puestos de liga de campeones, le cuadra más la etiqueta de merengue: al fin y al cabo Santamaría y Sanjosé jugaron en Chamartín. Por eso arrastra mala fama. El Atleti de Dios es la orden franciscana, que cae bien a casi todos los profanos en reclinatorio, mientras que la congregación fundada por San Josemaría carece de parroquia entre los que no van a misa.
Y de simpatías. De hecho, los laicistas la crucifican de continuo. Acaban de hacerlo en Zas, donde piden Gólgota para el cura, que lleva las órdenes del Opus, por su modo de impartir catequesis. Ya le pusieron fino cuando sugirió en su día cierto recato indumentario para acceder al templo. Resulta curioso que los que aceptan sin decir ni media la prohibición de entrar con calcetines blancos a las discotecas se quejen de que se les impida enseñar las ligas en el coro de la iglesia.
La doble vara aclara el motivo por el que llaman secta al Opus. La equiparan a la Moon para otorgar a los numerarios rango de hijos de la luna. De lunáticos. Habrá incluso quienes confíen en que cualquier día de estos, a imitación de los súbditos de la orden del templo solar, se suiciden en grupo al grito de hereje el último. Ni que decir tiene que al laicismo le encantaría que se produjera de esta manera el eclipse de Dios.
Sus ganas. El Opus está fuerte. Como el resto de órdenes. Las vilipendiadas y las que tienen hoy mejor prensa, como los jesuitas, que ya pasaron lo suyo cuando Mendizábal ofició de Banesto el año del desahucio. O como los benedictinos, que, a pesar de Umberto Ecco, no salen tan mal parados en los papeles, si bien un poco peor que los seguidores de San Francisco, a los que la progresía confiere el título de teólogos de la liberación, de curas rojos, salvoconducto del que carece el Opus, al que llaman congregación de clase alta. En cualquier caso, en mayor o menor medida, ninguna se salva del prejuicio económico porque cualquier ateo que se precie considera que todo lo que huele a sacristía huele también a dinero. Para esta gente ni siquiera los carmelitas están descalzos.

2 comentarios:

  1. Estupendo repaso.He estado ingresado varias veces en la Clínica Universitaria de Pamplona(derivado por el Salud aragonés)y sólo he recibido buen trato y respeto por parte del personal,de los sacerdotes y de personas de la Obra.Respeto su estilo aunque el mío,tal como ya expuse,es el de hijo de S.Ignacio,pero coincido contigo en que más de uno podría imitar aunque fuese de lejos algunas conductas honradas y limpias de los opusdeistas...pero claro:¡Es que ellos miccionan colonia el Kremlin!.
    Un abrazo.

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  2. Van a por todos los sacerdotes, con independencia del hábito que vistan. Un abrazo.

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