Cristo de Palacagüina, Jesús de Nazaret

Para  la Junta no hay más Cristo que el de Palacagüina, aquel revolucionario sandinista que inspiró el cuplé de Carlos Mejía Godoy. Por eso ningunea al de Nazaret, al que le faltan peonadas para ser uno de los suyos. Andalucía es el único cortijo del mundo en el que los caciques alaban a los campesinos. Aunque a primera vista parece un contrasentido, mirándolo bien es una calculada estrategia que permite a los amos vivir de las románticas rentas de la lucha jornalera sin tener que combatir por la tierra en campo abierto.
Para mantener el trampantojo en pie recurren al adoctrinamiento de la población desde las aulas, donde el desprecio al supuesto opio del pueblo coincide con el ensalzamiento de la metadona de la ideología. La última dosis la administrará por vía anal ya que consiste en darle una patada al ministro de educación en el culo de los creyentes. En concreto, la Junta acaba de advertir a Wert de que si sigue empeñado en reformar la educación tomará represalias contra la religión católica en las escuelas públicas andaluzas. Capaz es de decretar que mayo sea mes no lectivo para evitar que el alumnado vaya con flores a María.
La consejera del ramo pisa el jardín lo justo al omitir el modo en que pretende acabar con la primavera cristiana en las escuelas. Sabe que la Iglesia es mucha Iglesia para chocar con ella de frente, así que seguro que urde una embocada. No sería de extrañar que atacaran el Credo por la espalda con una norma que ordene el corte de suministro académico para la luz de luz. Pueden justificarlo fácilmente. Les basta con utilizar la excusa de que Génova y Roma van de la mano en este asunto como en todos los demás desde la guerra civil. Al poder autóctono le conviene hacer creer que la derecha y el clero están en negociaciones para canonizar a Sanjurjo.