sábado, 11 de julio de 2015

El regalo de Evo

En la próxima visita ad limina  que haga a La Paz tengo intención de regalar a Evo Morales las memorias de Pizarro, conquistador de Bolivia, en lugar de las de Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indígenas, para hacerle ver su falta de tacto con el Papa, a quien ha obsequiado con un crucifijo bolchevique, en cuyo letrero, por lógica, en lugar de INRI debe de poner Paracuellos.
La izquierda cree que no se ha hecho nada malo en su nombre, pero 100 millones de asesinados tienen otra opinión, siquiera sea a título póstumo. El hecho de que entre las víctimas abunden los católicos explica la cara de tango que se le quedó a Francisco cuando Morales le entregó el obsequio. Como quiera que es difícil quedar peor con un invitado parece claro que el presidente boliviano comparte asesor de protocolo con Nicolás Maduro, por lo que no es descabellado avanzar que el próximo regalo que hará al sumo pontífice será una Biblia traducida al quechua por la organización Europa Laica.
En su defensa, Morales podría argüir que el crucifijo no es un homenaje a Moscú, sino un símbolo de la nueva evangelización: dado que Jesús, además de Hijo de Dios, era carpintero, el martillo aludiría al ora et labora. En cuanto a la hoz, reflejaría la necesidad de enviar obreros a la mies. Evo podría argüirlo, pero no lo hará porque, en realidad, lo que quería aclarar al Papa con su regalo es que Jesucristo es de izquierdas.
Ni que decir tiene que si la izquierda considera que Jesucristo es de izquierdas es porque está convencida de que fue un precursor del Che, que, en lugar de armas, puso en jaque a los poderosos con parábolas,  lo que convertiría al Sermón de la Montaña en el modelo pacífico de Sierra Maestra. La izquierda obvia que el crucifijo de Evo está más vinculado a la matanza de Katyn que a la resurrección de Lázaro.  Y omite que no está relacionado con el cielo porque, para gran parte de la izquierda, Jesús fue un buen hombre, pero no la segunda persona del Verbo.  En eso se equivoca. Y también en definirlo como proletario: si Jesús no hubiera sido quien es, habría heredado el pequeño negocio familiar y, en consecuencia, en lugar de afiliarse a UGT se habría hecho autónomo.

sábado, 18 de abril de 2015

Resignación y fatalismo

La resignación cristiana no es la variante suave del fatalismo. La diferencia entre ambos es similar a la existente entre el Atlético de Simeone y el Pupas de toda la vida. Hasta la llegada del porteño los aficionados colchoneros sabíamos que jugar el partido de vuelta con cinco goles de renta no nos garantizaba el pase a cuartos. Hoy nos resignamos a quedar terceros en liga, pero no tememos que Oblak se coma el punterazo desde la medular de un jugador del Bayer.  El fallo de Reina nos hizo fuertes.
Los católicos, como los atléticos, hemos convertido la resignación en el jugador número doce, de modo que cuando el contrario entra con todo, en vez de llegar a las manos, aprovechamos que el colegiado detiene el juego para hidratarnos. Pero, ¿qué pasa cuando no hay colegiado? Pues pasa, por ejemplo, que el contrario aprovecha la superioridad numérica para lanzar al mar a una docena de inmigrantes cristianos que viajaban hasta Europa desde África a bordo de una patera. Y ninguno era David Meca.
Y como la resignación no es la variante suave del fatalismo, habrá que frenar con firmeza a quienes practican el exterminio cristiano. Más que nada para preservar la civilización. Occidente cree que Lepanto queda lejos, pero lo cierto es que Oriente Próximo queda cerca. Lepanto no lo ganó la marina, sino la fe. Sin fe, ¿qué le queda al europeo? ¿la tolerancia? ¿la libertad? Pues sí, les quedan ambas, que son una consecuencia del humanismo. De lo que se deduce que, en cierto modo, aunque reniegue de ella, al europeo siempre queda la fe.
Por eso ganará esta guerra. Y también porque el odio no cotiza en bolsa. Lo paradójico del supuesto conflicto de religiones es que la van a ganar los que no atacan. Por una razón: el cocodrilo presume de boca, pero no disfruta de los atardeceres. El fanatismo religioso cursa a la larga en contra del fanático porque,  por lo general,  el hombre, español o magrebí, tiende a tumbarse en el sofá, esto es, a vivir tranquilo. Por lo general, el hombre, español o magrebí, llega a casa cansado y aprovecha el fin de semana para levantarse tarde en vez de madrugar para preparar degollinas. El fanático está en desventaja porque no lucha sólo contra el catolicismo, sino también contra esa plácida tendencia del hombre a dormir en posición fetal.

sábado, 11 de abril de 2015

La cebra y Luther King

El motivo por el que el caldo de cocido no puede competir con la vichyssoise en la cocina internacional es educativo: nos han hecho creer que el hueso de jamón no tiene la elegancia de la nata. Por el mismo motivo, la noticia de 150 cristianos negros asesinados en Kenia no puede competir informativamente con el crimen de un negro a manos de un policía blanco en Estados Unidos. Esto sucede porque el periodista occidental considera que el hombre subsahariano forma parte del atrezo de National Geographic, en tanto que el afroamericano es una consecuencia de Lincoln. En otras palabras, cada vez que un negro americano muere por la espalda, muere Luther King, mientras que cuando matan a un cristiano en África muere una cebra.
Para el periodismo occidental, un universitario cristiano keniata es una cebra con estudios devorada por un leopardo radical, por lo que sitúa el conflicto en la lucha por la supervivencia, es decir, en la guerra de religiones, ese embuste que pretende hacer ver a la sociedad neutral que en los conventos la madre superiora ha sido sustituida por la monja alférez. De lo que la sociedad neutral puede deducir que las monjas venden yemas de Santa Clara para financiar a la Orden de Malta. Las redadas, empero, no se llevan a cabo en los obradores, sino en domicilios catalanes de simpatizantes del Estado Islámico, como los que pretendían llevar a cabo un secuestro para degollar a la víctima en falso directo ante las cámaras. Me da a mí que si no han culminado el plan es porque, al no encontrar monos naranja en España, aguardaban la próxima colección otoño/invierno de Ágata Ruiz de la Prada.

miércoles, 8 de abril de 2015

El kalashnikov y el crucifijo

No sabía yo que Sor Citroën, tras atravesar el dos caballos en la M-50, había pasado a cuchillo a los pasajeros del autobús Madrid-Alcorcón que no se sabían santiguar. Lo digo porque el conspicuo diputado socialista Diego López Garrido ha enmarcado la matanza de estudiantes cristianos en Kenia a manos de yihadistas en el epígrafe guerra de religiones. Hay que aclarar que si este progresista de libro equipara el kalashnikov con el crucifijo no es para redimir al fúsil, sino para denigrar al madero.
Es decir, cuando mezcla la persecución con el conflicto lo que intenta es resaltar que él también es víctima, pero lo que logra es aclarar que la ideología le impide ver la diferencia entre muerte y resurrección. Es posible que considere que, como eslogan, Dios es amor está por debajo de Yo con Susana, pero lo cierto es que el cristianismo se expande desde la paz. De ahí  que vincular la masacre universitaria a la guerra de religiones sea como enmarcar en la guerra del petróleo el atraco a una gasolinera.

lunes, 30 de marzo de 2015

Izquierda y literatura

Si Teresa de Ávila no fuera santa, el progresismo la habría elevado ya, por lo bien que escribe, a los altares literarios en los que honra a sus mártires. Mártires que no se pueden nombrar en vano, como acredita la intervención de un asistente a la reciente presentación de mi libro Soy católico ¿algún problema?, quien reprochó a la organización, un ayuntamiento, que para el acto hubiera utilizado el aula Antonio Machado. Como si La Saeta la hubiera escrito Pemán.
Los campos del Edén no son incompatibles con los de Castilla, así que cuestionar la presentación del libro en tal espacio viene a ser como criticar que los bordadores del manto de la Virgen de los Dolores expongan el género en el aula Mariana Pineda. Quien lo critique está en su derecho, faltaría más, pero imagino que nadie habría puesto pegas si en lugar de para respaldar a Dios hubiera utilizado el aula para dar una conferencia sobre la contribución de Stalin al pleno empleo por su fomento de los campos de trabajo.
Y ya que hablamos del Gulag, hablemos de la izquierda. Del modo en que se apropia de la literatura. Y no lo digo por el museo sufragado por la Diputación en Jaén para honrar al poeta de Orihuela, iniciativa que merece ovación de gala. Lo digo porque la izquierda, cuando come cebolla caramelizada, está convencida de que homenajea a Miguel Hernández. Por lo mismo, el hombre de izquierdas confunde su tos seca con un principio de tuberculosis y, como atisba a Machado en cada limonero, cree que Coillure es la capital de Francia.
Miguel Hernández era de izquierdas, pero ¿es la izquierda de izquierdas? Pues, según: mi padre, sí, pero los que dirigen el PSOE andaluz no tanto, salvo que las buenas nóminas sean de izquierdas. Es posible, con todo, que los dirigentes consideren que ellos lo son porque aún les emociona Paco Ibáñez y porque, cuando sopla el poniente, creen que les despeinan los vientos del pueblo. En cierto modo, es coherente que relacionen la ideología con el endecasílabo dada la gran carga poética del PER. Siempre ha habido lirismo en las cadenas.

lunes, 23 de marzo de 2015

Exilio interior

Aunque los pueblos tengan los gobiernos que se merecen no tengo claro que me merezca el gobierno socialista que el pueblo andaluz ha decidido que se merece desde siempre y para siempre. Tan para siempre que entre los desencantados con el régimen cobra cuerpo la certeza de que si un día Ferraz pone a un mulo de cabeza de cartel no variará la intención de voto. Lo que tiene su lógica si se considera que para un pueblo de izquierdas el mulo es una prolongación del niño yuntero. Más difícil, creo, es que el pueblo apoyara también al PSOE si pusiera de candidato a un psicópata, aunque éste fuera John el Rojo.
Susana Díaz no es, claro está, ni un mulo ni un psicópata, sino la síntesis perfecta de una región que prefiere el bostezo a la siesta porque la siesta es una consecuencia del trabajo y el bostezo la seña de identidad del andaluz que cuando abre la boca no es para protestar por el paro. O sí, pero contra quien no debe, pues el andaluz, si se come las eses, responsabiliza al latín y si no encuentra empleo en Dos Hermanas achaca su situación a Rajoy. Lo que explica el respaldo masivo  en las urnas a la pésima gestión de la administración autonómica, que, en función a este modo de entender la política, será mayor cuanto peor lo haga el PSOE.  De lo que se deduce que, al lado del que ahora preside Díaz, el del PRI, que duró siete décadas, fue un gobierno de transición.
Andalucía, que iba para California, no pasará pues de Méjico. Se veía venir. Y es una pena porque yo ya no estoy para rancheras. De modo que a partir de ahora salgo al exilio interior. Lo bueno del exilio interior es que te blinda como combatiente y lo malo es que nadie te homenajea. Vaya una cosa por la otra. Además, esto durará hasta que me salga algo fuera. Donde sea. Si es cerca, mejor, porque ni tengo dinero para viajar a Puerto Rico ni mi mujer se llama Zenobia.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Saza y Público

Con López Vázquez, que ha hecho drama, no siempre se te saltan las lágrimas, pero si en la película sale Saza está claro que te ríes. No te lo imaginas de actor de reparto en una de Kubrick. Pues con igual predisposición a la previsibilidad se debe de acceder a los comentarios de los internautas del periódico Público. Con la certeza de que, sea cual sea la mala noticia, la matanza de turistas en Túnez, por ejemplo, la responsabilidad subliminal es de la Quinta avenida.
El atentado yihadista confirma que para un sectario con sobrepeso la responsable de que la camisa le quede estrecha será siempre la flor del algodón.Y Occidente de todo lo que pase en el tercer mundo. En la maraña de opiniones sobre la masacre se han intercalado criterios sensatos, pero una parte de lectores aludía a la OTAN, a Estados Unidos y a Israel como causantes de la causa que ha causado la matanza. Lo que está tan cogido por los pelos que viene a ser como si se responsabilizara a Arias Navarro de que se llore en los entierros.