lunes, 30 de marzo de 2015

Izquierda y literatura

Si Teresa de Ávila no fuera santa, el progresismo la habría elevado ya, por lo bien que escribe, a los altares literarios en los que honra a sus mártires. Mártires que no se pueden nombrar en vano, como acredita la intervención de un asistente a la reciente presentación de mi libro Soy católico ¿algún problema?, quien reprochó a la organización, un ayuntamiento, que para el acto hubiera utilizado el aula Antonio Machado. Como si La Saeta la hubiera escrito Pemán.
Los campos del Edén no son incompatibles con los de Castilla, así que cuestionar la presentación del libro en tal espacio viene a ser como criticar que los bordadores del manto de la Virgen de los Dolores expongan el género en el aula Mariana Pineda. Quien lo critique está en su derecho, faltaría más, pero imagino que nadie habría puesto pegas si en lugar de para respaldar a Dios hubiera utilizado el aula para dar una conferencia sobre la contribución de Stalin al pleno empleo por su fomento de los campos de trabajo.
Y ya que hablamos del Gulag, hablemos de la izquierda. Del modo en que se apropia de la literatura. Y no lo digo por el museo sufragado por la Diputación en Jaén para honrar al poeta de Orihuela, iniciativa que merece ovación de gala. Lo digo porque la izquierda, cuando come cebolla caramelizada, está convencida de que homenajea a Miguel Hernández. Por lo mismo, el hombre de izquierdas confunde su tos seca con un principio de tuberculosis y, como atisba a Machado en cada limonero, cree que Coillure es la capital de Francia.
Miguel Hernández era de izquierdas, pero ¿es la izquierda de izquierdas? Pues, según: mi padre, sí, pero los que dirigen el PSOE andaluz no tanto, salvo que las buenas nóminas sean de izquierdas. Es posible, con todo, que los dirigentes consideren que ellos lo son porque aún les emociona Paco Ibáñez y porque, cuando sopla el poniente, creen que les despeinan los vientos del pueblo. En cierto modo, es coherente que relacionen la ideología con el endecasílabo dada la gran carga poética del PER. Siempre ha habido lirismo en las cadenas.

2 comentarios:

  1. En todos lados cuecen habas,Javier,pero lo de los supuestos progresistas es de traca valenciana que sabemos son las mejores.
    Tienen una intención patológica en todo aquello que tocan como si de Midas se tratasen,pero ellos,en lugar de oro,contaminan aquello que rozan.
    La última ha sido decir que Sta. Teresa es la primera feminista,como si la santa de Ávila no tuviese nada más que hacer que vestirse de morado y portar pancartas.
    Un abrazo.

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  2. Pancartas con el eslogan: Todas descalzas. Un abrazo.

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