martes, 31 de diciembre de 2013

Cambios en la Iglesia

Del mismo modo que los renglones torcidos de Dios no requieren calígrafo ni hermeneuta para su correcta comprensión, los cambios que prepara la Iglesia no caben ser interpretados ni como una enmienda a la totalidad ni como simples acotaciones a pie de página. Habrá cambios porque, cuando el Espíritu sopla, el corazón varía de dirección, lo que significa que para Dios el sur también existe. Sin que eso suponga que no exista el norte.
El laicismo propone el exterminio del norte, pero Dios tiene otros planes. El plan de Dios no se traza con un palo sobre la arena de una playa de Normandía. No busca atacar por la retaguardia al relativismo ni tenderle una embocada al Diocleciano de turno para que se le acaben las ganas de exterminar a la tribu de Señor. Ni, por supuesto, acabar con quienes le aman. El plan de Dios se lleva a cabo por los caminos que conducen a Roma, esto es, por todos los caminos. Y me da a mí que aunque desde fuera haya quien pida reservar el derecho de admisión Francisco no es amigo de las aduanas.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Rima fácil

Los pareados  han hecho menos daño a la literatura que a la vida. La rima fácil no repercute en Marinero en tierra, al contrario, agiganta la grandeza del 27, en tanto que su utilización impide a los acólitos del simplismo consonante encontrar a Garcilaso. Es decir, su uso continuado impide que comprendan que si le dieran más vueltas a la cabeza descubrirían el soneto.
Supongo que sacad los rosarios de nuestros ovarios, el grito de guerra de las abortistas, pretende herir a alguien, a la Iglesia, por ejemplo, pero la Iglesia cuenta con San Juan de la Cruz, no para darle la respuesta a un par de frases soeces, sino para eternizar la lírica. Los pareados, en cambio, son los yogures de la poesía, llevan la fecha de caducidad implícita. Y también la obviedad:  está claro que, para los ovarios, esta gente prefiere las bolas chinas.

domingo, 29 de diciembre de 2013

Familia tradicional

La familia, hoy, es el desolador ecosistema concentrado en el salón comedor de la abuela, donde merced a la pensión de la viuda engullen patatas a lo pobre los hijos retornados y los nietos perennes. El salón comedor de la abuela se ha convertido hoy en un 15-M sin timbales ni asambleas o en un clan de los sesenta, pero con tele en color, donde se reúne una parentela que proviene del adosado y las vacaciones en Ibiza, de aquellos viejos tiempos en que eran nuevos ricos.
La familia tradicional es el único refugio seguro de una sociedad que se descompone. Con esa familia, y por esa familia, ha rezado hoy Rouco, al que le ha caído la preceptiva crítica de quienes tienen como referente otro modelo familiar compuesto por madres menos cluecas. Una lástima porque por mor de la caridad la familia tradicional es el único lugar donde cohabitan hoy el suegro y el yerno sin marcar en exceso su territorio, como si fueran un cocodrilo desdentado y un guepardo sin prisas.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Feijoo y los tiempos

Voces conspicuas del PP ponen peros a la ley del aborto que ha sacado adelante su partido, a imitación de esos jueces que emiten un voto particular para que quede claro que no comulgan con la sentencia que exonera a la Venus de Milo de tener la mano larga. Los dirigentes conservadores críticos intentan así dejar claro a la galería que ellos están con los tiempos, en tanto que su formación hiberna en ese pasado idealizado que proponía a la familia numerosa como ejemplo de aritmética solidaria: donde comen nueve, comen diez.

El presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo, abandera la corriente crítica, a la que se han sumado alcaldes, alcaldesas e incluso una delegada del gobierno, que opta más por los plazos, reloj no marques la horas, que por los supuestos, quizás, quizás, quizás, en sintonía con la ley aprobada por Zapatero, contra el que, curiosamente, arremeten. Lo que no deja de ser un ejercicio de hipocresía similar al de la publicidad de las bebidas alcohólicas que propone beber con moderación mientras muestra una botella de ron en lugar de un chupito de Barceló. 

viernes, 27 de diciembre de 2013

Sobre el carpe diem

El carpe diem, entendido al nihilista modo, implica la prevalencia del sexo, drogas y rock and roll  sobre la fe, esperanza y caridad, es decir, sobre el alma, corazón y vida. El católico, en cambio, considera que aprovechar el momento es escuchar Alacena de las monjas mientras engulle un dulce de calabaza. El carpe diem nihilista implica jugar a los papás y a las mamás en un fumadero de opio, mientras el carpe diem católico propicia el arrullo de Carlos Cano para favorecer la siesta tras una comida en familia.
Quiero decir que el carpe diem tiene menos que ver con la política de tierra quemada que con los paisajes de El hombre tranquilo.  El católico considera que la vida es una buena charla ante la chimenea, mientras que el nihilista juega a vivir al límite, pero es sólo una pose. El católico no otorga siquiera al tatuaje rango de aprendiz de cicatriz, mientras que el nihilista cree que un antebrazo tachonado de frases es un provocador libro abierto, cuando en el fondo no es más que un pobre escaparate con exceso de neón.

jueves, 26 de diciembre de 2013

La nodriza de Franco

A decir de Rubalcaba, como estoy en contra del aborto, he sido amamantado por la nodriza de Franco junto a Blas Piñar. Poco importa que yo solo haya pasado más calamidades que todo el comité federal socialista, máximo órgano entre congresos, al completo. Incluida la de competir con el hambre a ver quién de los dos era más listo. Como el que perdía se quedaba sin comer, se me ha quedado este tipito. Poco importa. Soy de extrema derecha.
En el imaginario socialista un extremista de derechas no es ya el señorito jerezano adicto al Garvey, a la jaca y a la mancebía, que contrata a La Chunga para el baile y a Peret para las palmas, sino cualquiera que no encuentre relación entre el progresismo y las matemáticas. El progresista cree que su doctrina es exacta, pero para serlo le sobra Rusia. Por eso Rubalcaba, que es de ciencias, no da con la fórmula electoral. En química, si yerras, te estalla a lo sumo una probeta, en tanto que en historia, a poco que te equivoques, la cosa acaba en purga.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Cuando Chencho se pierde

Elena Valenciano ha enviado una carta a las diputadas del PP en la que les pide que reconsideren su postura sobre la nueva ley del aborto, lo que viene a ser como si el sobrino hippy le dijera a la tía monja que a lo loco se vive mejor. La tía monja, empero, sabe que el champú no es necesariamente serio, en tanto que el sobrino hippy  entiende que la higiene es un convencionalismo social.  Del mismo modo, las parlamentarias populares saben que a las preñadas les gusta escribir con letra clara en el libro de familia, mientras las del PSOE entienden que lo mejor para determinadas encintas es el borrón y cuenta nueva.
Por los exámenes finales sabemos que el borrón nunca es una buena opción y por Alberto Closas que 15 niños con un pan debajo del brazo garantizan el buen provecho, la alegría colectiva y la fraternidad biunívoca. Tanto es así que, cuando se perdió Chencho, en lugar de comerse su parte, le buscaron por medio Madrid mientras la voz oxidada de Pepe Isbert oficiaba de sirena de ambulancia para que la desesperación se abriera paso entre el gentío. Me pregunto si Elena Valenciano sabe lo que significa que se pierda Chencho.

martes, 24 de diciembre de 2013

Caminant

Hay quienes dicen que escriben para vivir otras vidas. Y quienes aseguran que lo hacen como terapia. Ya. Sólo me lo creo si es de grupo pues estoy seguro de que en general escribimos para que nos lean. Yo, al menos, sí. En caso contrario, en lugar de Javier López sería Ana Frank, en lugar de un blog católico tendría un diario judío y en lugar de denunciar la estrategia de los guardianes del fascismo relativista denunciaría los métodos de la Gestapo.
Escribo, pues, para que me lean. Por eso dedico este artículo a Caminant, mi lector de cabecera, con quien me carteo por internet casi desde que comencé este blog. Por sus comentarios sé que tenemos mucho en común. Entre otras cosas, el modo de caminar, ese paso lento, pero seguro, que se nos queda a los que, a fuerza de tropezar, hemos tenido varios esguinces en la vida. También nos une el modo de entender a Dios, ese saber que el yugo llevadero y la carga ligera son buenos para la columna.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Un niño sin globo

Ahora que ni Rita está en nómina. Ahora que el trabajo de moda consiste en deambular de ocho a tres con las manos en la espalda. Ahora que el desahucio es la viga maestra en viviendas con vistas al banco y embaldosadas con cláusula suelo. Ahora es el tiempo. Por eso ahora habla Francisco de la importancia para la dignidad del hombre del techo y el jornal, de la sala de estar y el laburo.
Cada vez que Francisco abre la boca baja el pan, pero los dueños de la tahona no tienen previsto repartirlo entre los hambrientos, aunque guardan las apariencias. Los prebostes de la izquierda le aplauden. Los caciques de la derecha le elogian, pero ni unos ni otros buscan hogar a los desheredados, que amontonan sus ronquidos en las aceras cubiertos con cartones, las mantas Paduana de los perdedores. Sin plata y sin amor del prójimo, les queda la salud, es cierto. Pero la salud, sin dinero, es un niño sin globo. Y el dinero, sin salud, un globo sin niño.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Llongueras y el piel roja

Los neutrales consideran que la discusión entre el catolicismo y el laicismo equivale a un diálogo de sordos entre Llongueras y un piel roja, incapaces de ponerse de acuerdo sobre si lo que se lleva son los rizos o es el rapado. Para un neutral la cuestión estriba en determinar si Bruce Willis está más guapo en Luz de Luna que en Pulp Fiction, cuando lo que se dilucida en el debate es si vive mejor o no un hombre desilusionado que el calvo de Navidad.
Para acabar con la ilusión el laicismo argumenta que la Navidad se ha convertido en una fiesta mundana, mientras el neutral, que se pone  de perfil, le echa un ojo a la indiferencia y otro al polvorón.  El católico, por su parte, cuando escucha Noche de Paz escucha a Dios tararearle el himno del sosiego post placenta. De modo que para un católico la Navidad es el baby boom concentrado en el unigénito, pues a través de María uno nació para salvación de todos. Con Jesús nace la humanidad de nuevo. Un prodigioso parto múltiple sin comadrona ni epidural.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Autoayuda y caridad

La fuente de la eterna juventud puede quitar años, pero no la sed.  Por lo mismo, los libros de autoayuda sirven para ganar confianza, pero no para leer mejor. Digo esto porque a mi juicio algunos tienen trampa, al modo que la tiene el cuadro en el que un ciervo abreva mientras otro alza la cabeza para que el espectador intuya la presencia del cazador.
La trampa consiste en considerar al lector un paciente que sigue el rastro de las migas de pan que le llevan a un consultorio psicológico donde no recetan Prozac, sino consejos para quererse uno mismo. Quererse uno mismo está bien, pero en la misa retransmitida hoy por 13 TV el sacerdote ha resaltado que la felicidad estriba en ejercer la caridad con el otro. En otras palabras, la autoayuda es el desprendimiento.
Pero ejercer la caridad, que implica mirar al otro, resulta complicado. Yo mismo desconozco el nombre del niño africano que apadrino desde hace 10 años. De modo que doy limosna como la bomba Navarro encesta triples. De una manera automática. La caridad bien entendida, por el contrario, es la de quien cuando está a punto de meter el mate de su vida observa que el rival está tendido en el suelo y, para ayudarle, en lugar de entrar a canasta hace pasos.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Sin villancico

El villancico con que los diputados andaluces del montón se despedían de la cámara de los comunes por Navidad ha desaparecido otra vez del orden del día. Hasta 2011 el tamborilero marcaba el compás tras los ruegos y preguntas, en tanto que hoy han descatalogado a la Virgen que se esta peinando. Y también a la burra, a la chocolatera, al molinillo y al anafre. A la primera, tal vez, por no asistir a un curso de formación sobre la incidencia de la laca Nelly en el cabello nazareno. Y a la segunda porque, se supone, la carga excesiva sugiere maltrato animal.
Lo curioso es que nadie dice he sido yo en una comunidad autónoma regida por dos partidos, PSOE e IU, que no pueden ver la Última Cena de Leonardo da Vinci, esto es, la Iglesia ni en pintura. Y en la que la oposición tampoco es un dechado de novenas. De modo que como nadie asume la responsabilidad de la supresión, se achaca al desinterés colectivo, que es la manera que tienen todos los que lo mataron de decir que él solito se murió para que no les carguen el muerto.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Jesús y las mujeres

Católicas por el derecho a decidir sugiere que Jesús toleraría el aborto porque entendía como nadie a las mujeres. Mejor aún que Pedro Almodóvar, que tuvo sus más y sus menos con Carmen Maura. Ahora me explico que haya quien interprete la presencia femenina en el Evangelio como una reunión de amigas y otorgue a los varones en exclusiva la autoría de su muerte. Como si entre el gentío que votó por Barrabás no hubiera ninguna señora y como si la última cena hubiera sido una despedida de soltero que acabó de aquella manera porque sólo había hombres.
Cierto que Jesús salvó a la prostituta, ensalzó a la chica que le ungió de perfume y concedió a la Magdalena la primicia del anuncio de la Resurrección, pero precisamente por eso no justificaría la ley de plazos. Porque ama a los débiles. El amor de Jesús por los débiles explica que dé prioridad a los niños. Como en los naufragios. Y aunque el colectivo feminista sostenga que un feto no es una persona, está claro que de un parto en un maternal puede surgir George Clooney, pero no una cafetera.   

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Desayuno sin diamantes

Francisco comparte el desayuno en su cumpleaños con cuatro mendigos y, por lo reflejado en determinados medios de comunicación, parece que acaba de socializar el café con leche. Y así con todo lo que hace. La cuestión es convertir su día a día en argumento de un Nodo de izquierdas, con Bertolucci en la realización y el alcalde de Marinaleda al mando de la claqueta. Un día a día que, por cierto, no tiene nada que ver con el de quienes lo ensalzan, pues para mí que pocos periodistas de los que aplauden se pasan por las Tres mil viviendas para pagar a los hambrientos una ronda de tostadas.
Lo curioso es que todo lo que hace ya lo hacía cuando pastoreaba almas en Buenos Aires, sin que entonces, cuando era considerado un arzobispo conservador, la prensa internacional le tributara elogios generales por su apego a los pobres. Ahora, sin embargo, le tienen por un especie de Lenin rasurado y creyente que pone en solfa a la Iglesia. No entienden nada. Si Francisco lleva viejos zapatos marrones y gasta cruz de plata no es por hacerle un feo a los mocasines negros ni el crucifijo de oro, sino porque es un hombre sencillo de donde crece la pampa.

martes, 17 de diciembre de 2013

La Iglesia y Moby Dick

Habida cuenta lo que se prodiga en los medios los periodistas tienen hoy más posibilidades de entrevistar al Obispo de Roma que a un alcalde pedáneo de La Toscana. Preveo que de aquí a poco los corresponsales acreditados abordarán al Papa cada domingo a la entrada a la basílica de San Pedro para hacerle las preguntas obligadas: ¿Habrá alguna vez bucles bajo el capelo o mujeres con mitra? ¿Ofrecerá preferentes el banco vaticano? Y, sobre todo, ¿para cuándo los cambios en la Conferencia Episcopal española?
A decir de los críticos, ya urgen, pues para ellos la Iglesia de España es una ballena varada cuyo movimiento continuo ha trocado en parálisis por esclerosis múltiple. Lo que subyace en la crítica, sin embargo, es la obsesión del capitán Ahab por Moby Dick, esto es, del laicismo por un cuerpo místico de Cristo que no se deja arponear. Lo que significa que el laicismo critica lo que desea: una Iglesia estática, un blanco fácil. Hay pues poca grandeza en la crítica. Ahab será de otra opinión, pero si Moby Dick hubiera quedado varada Melville no habría escrito su obra maestra.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Francisco y el marxismo

A mediados de los setenta un famélico hippy flautista que recaló en mi pueblo interpretó para un grupo de adolescentes desparramado a su alrededor una pieza para hambre y orquesta que había compuesto en homenaje a un amigo suyo, preso político en Cuba. La melodía sonaba bien, pero los muchachos le otorgamos rango de contaminación acústica porque para nosotros la voz de Fidel era entonces la versión guantanamera de habla, pueblo, habla.
Nos fue hasta mucho después cuando descubrimos que revolución o muerte no es una oración disyuntiva si se aplica en el contexto gramatical del marxismo. Por eso, para que no haya malentendidos derivados del calado social de su exhortación apostólica, Francisco aclara que la teoría de Marx sustenta una ideología equivocada, si bien puntualiza que ha encontrado buenas personas marxistas, que es un modo de sugerir que el hecho de que Rusia sea culpable no implica tener que enviar allí a la División Azul. Aún no hay reacciones oficiales del comunismo a la aclaración del Papa, pero por la primavera de Praga sabemos que el general invierno no tolera el cambio climático.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Azote de la derecha

El progresismo cree que el pasaje en el que Jesús le dice al joven pudiente que venda lo que tiene y reparta el dinero a los pobres es el episodio piloto de Los ricos también lloran, por lo que considera a Cristo el precursor de Jordi Évole, ese azote de la derecha que emboba a una audiencia que le cree mitad Pepito Grillo mitad pequeño saltamontes, una especie de noveno dan del periodismo a cuyo lado Larra es el chico de la linotipia.
Évole tiene el buen gusto o la prudencia de no decir lo que gana. El buen gusto porque aventar la nómina es cosa de gente ordinaria y la prudencia porque, si orea los complementos, tal vez los que aplauden al entrevistador se empiecen a hacer preguntas. Una al menos: ¿Qué hace un chico como tú con un sueldo como éste? Pero tal vez me equivoque y La Sexta le tenga atado de por vida con un contrato basura. O tal vez venda lo que tiene y reparta el dinero a los pobres. Habrá que preguntárselo.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Trasvase de alegría

El salto de Juan, el Bautista, en el vientre de su madre al escuchar la voz de María de Nazaret sería catalogado hoy como un amago de parto prematuro, cuando en realidad fue el primer caso conocido de mariposas en el estómago, de alegría prenatal. De lo que se deduce que la alegría de Juan, la de cualquier creyente, es el trasvase Tajo-Segura de Dios a su criatura.
La alegría no es la fuente de la eterna juventud, sino el gen de la longevidad del católico, que perdura porque se toma cada día como si fuera el primero, en tanto que el mundo, que corre en círculo, lo hace como si fuera el último. Entre ambos modos de plantearse la vida no hay ni punto de comparación, pues el último día uno se afana en cerrar los grifos abiertos mientras que en el primero descubre el prodigioso sonido del agua.

viernes, 13 de diciembre de 2013

La transición

Imagino que debo de ser uno del medio centenar de espectadores que permanece recostado en el sofá para ver la reposición televisia de La transición, el magnífico reportaje río de Victoria Prego con el que, en clave cinematográfica, refleja el tránsito de la piedra en el riñón a la pérdida de orina, esto es, de la dictadura al libertinaje, que es al sistema en el que hemos desembocado, según acredita el modo en que Cataluña mea ahora fuera del tiesto.
El talento narrativo de Prego refleja la realidad tensa, pero esperanzadora, de una España, aquella España, sostenida políticamente, a izquierda y derecha, por estadistas en lugar de por demagogos. Por políticos de peso, seductores con buenas intenciones, que fumaban ducados y bebían ginebra en vaso largo. Políticos que consiguieron dividir el átomo franquista sin convertir Lavapiés en Hiroshima. Escrito esto entenderán el motivo por el que tras cada capítulo me entre una morriña consonante que me lleva de Quevedo (Miré los muros de la patria mía) a Vallejo (Y me ha dado qué pena esa viajera).

jueves, 12 de diciembre de 2013

Menos papista que el Papa

Mientras la revista Time entroniza a Francisco como personaje del año, Francisco se afana en demostrar que su reino no es de este mundo. Aún así, sigue siendo el rey, como evidencia el que su nombre sea el más citado en Facebook. La excepción es España, donde en esta red social manda el Real Madrid, lo que demuestra que aquí somos menos papistas que el Papa, que ya es decir, habida cuenta de que él mismo se denomina obispo de Roma en lugar de Sumo Pontífice.
Al hacerlo, Francisco anula la imagen deformada que la sociedad tiene del Papado, lo que le convierte sin fundamento en noticia, cuando la noticia es que a la sociedad se le ha caído el velo laicista de los ojos. Que un Papa poco papista genere portadas y titulares obedece a ese error periodístico de considerar noticia que el hombre muerda al perro, pero no que lo apalee. Quiero decir que un Papa poco papista es lo normal si se considera que los pontífices asumen el cargo, no como lo hace un consejero delegado, sino con la humildad de quien sabe que no es más que un obrero de la mies al que le han encargado que le eche un ojo a la viña y una mano a la Iglesia.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Modernidad cristiana



La modernidad entendida al nihilista modo es el pantalón de campana que cubre la canilla pálida del relativismo, un movimiento retro cuyos valedores llevan el pelo largo y los calcetines a medio subir, lo que significa que a sus ideas avanzadas se les nota la edad en la flacidez del músculo. Existe, no obstante, otra modernidad siempre joven, la que entronca con Dios, que se alcanza desde el punto de partida de que San Francisco de Asís ha hecho más que Darwin por el mundo animal.
Para debatir sobre los conceptos de modernidad y cristianismo en un congreso que se celebra en Nueva York ha sido invitado el arzobispo de Granada, Javier Martínez, lo que seguramente indignará a la progresía patria, que se preguntará qué sabe de modernidad el editor del libro que sugiere que la mujer casada no se afilie a Femen tras el sí quiero. La progresía patria, por supuesto, considera que la Iglesia es arqueología, lo que la inhabilita para hablar de futuro. Pero la progresía no ofrece alternativas para alcanzarlo, salvo un plan renove que propone sustituir la imagen de la Candelaria por un marco vacío.

martes, 10 de diciembre de 2013

Artículo demagógico

Creo que cada lector es soberano, de modo que cuando alguno me critica entiendo que tiene la razón de su parte. La razón, empero, puede explicar que el agua hierve a 100 grados, pero no el motivo por el que el baño caliente agrada tanto al bebé. Quiero decir que la interpretación que califica como demagógico mi artículo sobre la incongruencia de que asistan al funeral de Mandela los que ponen las cuchillas en Melilla  es correcta, pero eso no quita que el maliense que intente saltar la valla quede ensartado.
No escribo de oídas. Hace mucho recolecté manzanas en un pueblo de Lérida de cuyo nombre no quiero acordarme. Trabajábamos en los pomares un par de centenares de jóvenes que de la noche a la mañana fuimos prácticamente expulsados a cuenta de una rencilla que dos de los nuestros tuvieron con un grupo de lugareños. De nada sirvió que a la hora de la riña el resto estuviera encamado. El patrón dijo que sería mejor que nos fuéramos por nuestro bien. Aunque el consejo era una cuchilla, aquel buen hombre tal vez creyó que, pues nos salvaba de la ira blanca, él era la versión ampurdanesa de Mandela. 

lunes, 9 de diciembre de 2013

Mandela y Melilla

La hipocresía política explica la coexistencia de la lágrima fácil y en encogimiento de hombros en el mismo preboste. Un ejemplo es la doble vara de medir utilizada para el funeral de Mandela y para la instalación de cuchillas en la valla de Melilla. El entierro del hombre que acabó desde el perdón con la segregación racial, Ghandi con rizos, Lincon con guayaba, contará con la presencia de cerca de 90 mandatarios mundiales, lo mejor de cada casa, entre los que se encuentran quienes equiparan la inmigración africana a la peste negra.
Para restarle importancia, el Gobierno español sugiere que las cuchillas son el Securitas Direct de la frontera, pero en realidad son bayonetas en posición de firmes. Arguye que su intención es disuasoria, pero lo cierto es que cada vez que un senegalés intente escapar del hambre, correrá la sangre. La Iglesia ha criticado esta práctica, en las antípodas del mandamiento nuevo, por lo que creer que las cuchillas son buenas a la larga es un síntoma de doble personalidad. Suele pasar en quienes supeditan la misericordia a la seguridad. Deberían de saber que convertirse en mister Hyde es justo lo contrario de ponerse en la piel del otro.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Silencio laicista

Un lector, Ostraspedrín, me pide que le aclare el motivo por el que considero que el catolicismo se beneficia del silencio del laicismo respecto a Francisco, a quien no obsequia con el tradicional surtido de estereotipos que ha regalado a los Pontífices precedentes. Le agradezco el comentario y le contesto: considero bueno el silencio porque no es una consecuencia de la afinidad, sino de la impotencia.
El laicismo es incapaz de sobrevivir fuera del lugar común. Necesita un Papa emperador por una cuestión de supervivencia: la falta de enemigo reconocible le debilita. El laicismo prefiere enfrentarse a un boxeador curtido, buen fajador, pero de puño lento. Lo último que quiere es tener enfrente a José Legrá vestido de blanco, a un hombre del pueblo con velocidad de colibrí y mano de santo.
Al no quedarse quieto, Francisco neutraliza el ataque antes de que ocurra, de modo que desactiva el discurso anticlerical clásico, ese que refleja a El Vaticano como una versión rica de Dallas subtitulada en latín. A ver con qué argumento los botines lustrosos le reprochan al viejo zapato marrón la humildad del paso.

sábado, 7 de diciembre de 2013

El Papa y el Cholo

Francisco no es el Cholo de la Iglesia, pero lo cierto es que su planteamiento táctico ha revitalizado al clero y desconcertado al laicismo hasta el punto que ya no saca amarilla a la curia con la facilidad de antes, cuando al equipo  eclesial le reprochaban su presunto abuso de las faltas para facilitar el repliegue.  Ahora ejerce un juego más vistoso, más eficaz, más directo,  pero sería injusto obviar lo que Del Bosque debe a Luis Aragonés.
Francisco  ha proseguido la obra de Benedicto, el Papa grande, para convertir a la Iglesia en la institución de moda, con el prefecto de la doctrina de la fe en el papel de Diego Costa, por lo que el laicismo pide al míster que le sustituya por alguien que se faje menos en los balones divididos. También cuenta con Parolin, que ejerce de Koque Resurrección, para el anuncio de la Parusía, que es la gran final. Yo no digo que sea un milagro, pero lo cierto es que con los mismos mimbres Francisco ha tejido el cesto del que salieron, multiplicados, los panes y los peces.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Hermann Tertsch

Si un hombre público es encantador en la distancia corta y desapacible en la larga es porque el astigmatismo social, enfermedad autóctona, impide mirar bien en España al que nada contracorriente. El español que nada contracorriente es consciente de que si se ahoga la sociedad neutral dirá que se lo ha buscado mientras que la parcial aplaudirá el desenlace. Hablo, claro está, de Hermann Tertsch.
A Tersch sus propios enemigos le reconocen el talento, por lo que le reprochan que no lo utilice para brillar en cuatrocientos estilos.  Pero Tertsch sabe bien que nadar contracorriente es codearse con los pecios, por lo que prefiere la gloria de un naufragio a la miseria de una ahogadilla en una piscina cubierta, que es el hábitat de sus depredadores, esa gente a cuyo lado una gata arisca es Lina Morgan.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Socialistas católicos

Si Rajoy se declarara un entusiasta admirador de Fidel es posible que no fuera Esperanza Aguirre la única de su partido que le sacara los ojos. Si, ya que estamos, los hermanos Castro organizaran una comida familiar en el mejor dos estrellas de Miami las bases les reprocharían que no hubieran elegido un figón cubano para brindar a los postres por la revolución. En cambio, el 70% de los socialistas españoles se declara católico y, sin embargo, no reacciona ante el constante ataque de los dirigentes del PSOE a su religión. Debe de ser esa idea tan española de que la prudencia es bella lo que les hace creer que calladitos están más guapos.
Pero lo suyo no es prudencia, es cobardía, porque de su respuesta al centro de investigaciones sociológicas se sobrentiende que tres de cada cuatro callan aunque no acepten la estrategia anticlerical de la ejecutiva socialista. No hay que sorprenderse. La razón por la que esta mayoría silenciosa no alza la voz es la misma por la que los reclutas no nos quejábamos en público del rancho: los galones. Existe una prevención natural contra el poderoso que se combate con la astucia. A mí no me ocurriría buscarle las cosquillas a Poli Díaz, pero tampoco le diría que tiene el mejor baile de piernas del peso ligero. No hace falta sacar al otro de quicio para ponerlo en su sitio.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Francisco, el portero

El Papa ha desvelado que fue portero de discoteca en sus tiempos mozos. Como no lo imagino prohibiéndole la entrada a la clientela que llevara calcetines blancos, ni siquiera a Garufa, pucha que sos divertido, supongo que un día lo llamó el gerente del negocio para darle con una mano el finiquito y con otra una palmada en la espalda: “Lo siento, Paco, pero esto no es lo tuyo”.
Lo suyo, lo sabemos ahora, es la humildad, pero no la humildad que utilizan algunos como pedestal para mirar a los poderosos por debajo del hombro, dado que mirar por debajo del hombro es también una forma de soberbia. En la humildad de Francisco no hay resentimiento, que es lo que subyace en muchos de los que llegan muy arriba. La suya es la humildad del hombre que, lejos de hacerse a sí mismo, se ha dejado hacer por Dios.

martes, 3 de diciembre de 2013

Ha empezado él

Rubalcaba escupe hacia arriba para poder achacarle la responsabilidad del salivazo al cielo. Con la proposición que plantea anular el acuerdo de España y la Santa Sede el dirigente socialista provoca a la Iglesia con la intención de que sea el clero el que diga hasta aquí hemos llegado. El objetivo, claro,  es mostrarlo ante la sociedad como un ejemplo de agresiva intolerancia: ha empezado él. Un truco tan viejo al menos como la guerra de Cuba.
El secretario general socialista se retroalimenta de anticlericalismo porque cuando se gasta dentadura postiza uno no come Jabugo, sino jamón sin curar. Rubalcaba está ideológicamente muy mayor. Aún así, resulta desconcertante que se instale en los tiempos duros de la segunda república en lugar de en época dorada del socialismo, los ochenta, cuando morir de éxito era una opción de izquierdas. Lo que viene a ser como si Cruyff en vez de la final de Munich echara de menos su etapa en el Levante.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Eficacia terapéutica

La eficacia terapéutica de la intercesión está más que probada. Y sus efectos secundarios, también: el enfermo que recurre a la estampa de un cura fallecido no busca elevarlo a los altares, sino sanar, pero logra lo primero a consecuencia de lo segundo. La laicidad imperante, sin embargo, otorga a la rogativa un efecto placebo, de modo que cuando la ciencia médica no se explica una curación el laicismo no se plantea ni por asomo que doctores tiene la Iglesia.
Pero los tiene. Y muy buenos, según se desprende de los resultados. Juan Pablo II y Álvaro del Portillo, por ejemplo, alcanzarán la santidad tras quedar acreditada la sanación de personas desahuciadas por la medicina que les invocaron para que pidieran a Dios no tanto una segunda opinión como una segunda oportunidad. Explícale esto, sin embargo, una sociedad que tiene una obsesión enfermiza con los genéricos. No otra cosa que la adicción española a la botica es la causa de que el ibuprofeno se haya convertido en el gin tonic de los fármacos.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Cena en la periferia

He compartido mesa con un afamado escritor, de raíz anticatólica, que en su caso no es bufanda de progre, sino seña de identidad, aunque me da a mí que este novelista no se come a los curas crudos porque en el fondo es vegetariano. Me explico: el hombre en cuestión es entrañable, una especie de remanso con chaleco que desprende sosiego de estufa.
Es también periferia, y por eso me alegro de haber tomado pan junto a él, porque la periferia no es lugar donde al cristiano le parten la boca, sino el espacio en el que debe de hablar otro idioma sin perder el acento católico. Es decir, ser uno de los suyos sin serlo. En la periferia es importante no parecer extranjero ni recién llegado para que te hagan un hueco junto a la lumbre.
El escritor me lo hizo y mientras charlábamos, me di cuenta de que, salvo en lo concerniente a la religión, estábamos de acuerdo en todo. De lo que colijo que, mal que le pese, está más cerca de Dios de lo que cree. De hecho, me dio la impresión de que era como esos hijos que reniegan del padre, pero siguen paso a paso sus consejos. Y el padre, claro, sonríe para sus adentros.