miércoles, 31 de octubre de 2012

Evangelización en dos idiomas


La Iglesia no busca renovarse para impedir su propio funeral, sino porque el cirio pascual, preludio de la resurrección, es su vela para evitar el entierro del mundo. De modo que el grito de moda de la laicidad, sálvese quien pueda, es opuesto en todo a la  propuesta católica, religión que invita a que sean los pecadores los primeros que suban a la barca de Pedro cuando se hunda el barco.
Digo esto para aclarar que cuando Benedicto XVI anima a una nueva evangelización no lo hace para incrementar su rebaño con ovejas descarriadas ni para restar cuota láctea a la vaca sagrada del ateísmo. Sólo pretende que en el itinerario de las gentes se incluya el camino, la verdad y la vida, que no es el triángulo de las Bermudas del Misterio, sino la línea recta que enlaza al hombre con Dios.
En la civilización occidental la desgana de los que comen cuatro veces al día dice mucho del hambre de salvación que tienen quienes andan ayunos de fe. Como es una pena que los desorientados no encuentren la puerta de entrada, el Papa nos pide a los católicos que para hacerles de guías les hablemos a la vez en su idioma y en el nuestro. En otras palabras, sugiere que aportemos a la jerga particular de cada uno la raíz hebrea que durante milenios ha conquistado a los gentiles. 
Benedicto XVI nos propone también retomar la primera cartilla, mi mamá me mima, la oración del corazón, como punto de partida de los cuadernos para el diálogo. Que, aunque a algunos les cueste entenderlo, el que quiera oír, que oiga, no es de sordos. Más que nada porque en el universal lenguaje de los signos no hay ningún otro comparable al de la Cruz.  

martes, 30 de octubre de 2012

Wyoming, Rouco y Clavel

Hace un año dijo el Gran Wyoming que Dios es justo porque Rouco Valera se parece cada vez más a Paco Clavel.  El cómico incluyó la comparación en el pregón del día del orgullo gay, así que es de suponer que iba con segundas: tú ya me entiendes. Sin embargo, la equiparación entre el cardenal y el cupletista no pasa de burla burda, menos propia de un gurú de la villa que de un bufón de la corte.
Si al menos hubiera echado mano de Valle-Inclán habría podido definir al cardenal como feo, católico y sentimental, pero suponerle lecturas de ese nivel es considerarlo en demasía.  Para mí que no ha pasado de El Víbora. De ahí que desconozca que una lengua bífida dice el doble de tonterías. Entre las que destaca la de acusar a los curas de discriminar a las mujeres. Le falta decir que como también las envidian les han copiado la falda larga.
Me pregunto qué le habrán hecho los arzobispados a este presentador para que despotrique de ellos tanto en directo como en UHF. Para mí que tiene que ver con la televisión de su niñez. Tal vez padece un trauma publicitario infantil. Seguro que en lugar de ver a las muñecas de Famosa dirigiéndose al portal prefería seguir el trayecto de la rubia de Terry. O quizás le empalagaba el regreso a casa de El Almendro por Navidad. Sea lo que sea, precisa medicación. Es una contradicción psicosomática que requiere odontólogo o psiquiatra hablar mal del clero y tener cielo de la boca. 

lunes, 29 de octubre de 2012

El catalán Colón y la camisa de la reina



Dicen que durante la travesía de las tres carabelas por el Atlántico el almirante escatimó los ultramarinos a la tripulación, así que estoy dispuesto a creer que don Cristóbal fue catalán. También que los hermanos Pinzón nacieron en Tarrasa e incluso que Rodrigo de Triana, el que cantó tierra, era un antepasado charnego de Peret. A cambio sólo pido que se cambien de chaqueta los que aseguran que Isabel la Católica no se mudaba de camisa.
No sé a cuento de qué afirman los historiadores que Colón lava más blanco que la reina de Castilla ante la que puso el huevo. La leyenda negra de que la hija de Juan II prometió no cambiarse de canesú hasta que tomara Granada tiene la misma consistencia que la que asegura que durante la conquista de América los cristianos lapidaban a las indigenas que no se dejaban pasar por la piedra.
En el río revuelto de la historia es tan sencillo como falso ensuciar la imagen de la reina que nadaba contracorriente. Si ha calado en el pueblo su supuesta aversión al gel de baño es porque son legión los historiadores que al analizar la época de esplendor católico no la hacen limpia. En lo que a mí respecta, hasta que no encuentren la blusa plagada de lamparones haré luz de gas a la versión de que se llevaba mal con las toallas. Mientras no se demuestre lo contrario, lo de que no le gustaba el agua es sólo un rumor.

domingo, 28 de octubre de 2012

Amancio y Lucía

Ahora que Amancio Ortega ha donado 20 millones de euros a Cáritas saca a relucir Lucia Etxebarria los presuntos trapos sucios del rey del textil. Según la escritora, el gallego ilustre oprime a sus costureras. Al parecer, la que no enhebre la aguja a la primera se queda sin la tricotosa que regala la empresa a las empleadas modelo. Lo que genera en ella un dilema entre mercantil y moral que le lleva a comprar los pichis en H&M, tienda más acorde con su condición de mujer de letras.
Como no da puntada sin hilo, la literata añade que el señor bobinas ha realizado la obra benéfica para no tributar a hacienda. Aduce que el billetaje no lo saca el dueño de Inditex de su propio bolsillo, sino a través de su fundación. Omite decir que la misma es la consecuencia filantrópica del trabajo a destajo de un hombre tan laborioso que, a su lado, Stajanov es un liberado de la UGT.
Hay que aplaudir en cualquier caso que Etxebarria se preocupe tanto de las condiciones laborales de las modistas. Es de imaginar que cuando en 2004 ganó el premio mejor dotado de España, oficiaría antes de satélite espía de Planeta para investigar si Lara era amito bueno o mal patrón con sus trabajadores. De haber descubierto casos de contratos basura seguro que habría huido del dineral como de la peste. O lo habría repartido entre los escritores españoles de lágrima fácil atrapados en el aserto de Larra.

sábado, 27 de octubre de 2012

Publicanos tóxicos


Antes entra un rico por el ojo de una aguja que un banco malo en el redil del buen pastor. Y hay pocos que no lo sean, como acredita el caso del comerciante de Granada que se ha quitado la vida horas antes de que le desahuciara una entidad financiera que tiene el corazón en números rojos. Tal debe de ser su calaña que me juego doble contra sencillo a que cuando saque el piso a subasta lo hace bajo el reclamo de liquidamos.
Aunque en esta película basada en hechos reales se sabe quién es el malo desde los títulos de crédito, la responsabilidad civil subsidiaria es del que en lugar de legislar a favor del débil da cobertura legal al allanamiento de morada. Lógico: como sobre el amplio catálogo de bienes inmuebles de sus señorías no pende ninguna hipoteca parece que no va con ellos la cuestión de quedarse sin recibidor. Seguro que pondrían más interés si tuvieran que vérselas con el TAE.
La resolución del problema exige imaginación al poder. Tal vez el gobierno debería proponer simultáneamente a Unicef y a la Unesco que se catalogara la canción el patio de mi casa como patrimonio intangible de la humanidad para impedir el desalojo de niños felices. O tal vez debería de escuchar a la Conferencia Episcopal, que ha pedido que se promulgue una norma que aborte el trasvase forzoso entre el buen provecho y el comedor social.
Arguye el clero que el banco no gana nada cuando deja a una familia al cielo raso. Esa es la pena. Tal vez debería ganar para sustos esta gente especializada en meter miedo. Más que nada porque no le quita el sueño dejar a muchos sin cama. Le da igual a quién. De nacer este diciembre Jesucristo tendría San José que preguntar antes al dueño del pesebre si lleva el préstamo al día para impedir el desahuicio en una fecha tan señalada. Hay que dar gracias a Dios de que estos publicanos tóxicos no estuvieran en Belén la noche del parto.  

viernes, 26 de octubre de 2012

Montañas Nevadas en el Valle de Josafat



El brazo incorrupto de Santa Teresa no basta para calmar el apetito de quienes devoran huesos de santo. Quieren más carnaza. Los matasanos del alma la tienen tomada con la doctora que tuvo que operar a vida o muerte a la Iglesia de su tiempo. Películas blasfemas y chistes malos son el hábito de quienes se toman en serio la idea de desvestir a una monja para vestir a una mona que atiende por laicidad.
Cosas de la ideología. El ataque a la gran carmelita se deriva de la creencia de que el santoral en pleno entonará Montañas Nevadas en el Valle de Josafat. Meten en el mismo saco a los que dan su vida por Dios y a los que lo hacen por España porque consideran a los mártires requetés con escapulario. Tienen en mente la mala idea de que los que viven según las Sagradas Escrituras comienzan a redactar los principios generales del movimiento en cuanto se quedan en el sitio.
Pensar así les lleva a creer que el brazo de la avulense es un truco de ortopedia celestial. También otorgan rango de espejismo con aureola a las apariciones de Fátima. Y consideran la resurrección de la carne una secuela de Siete Vidas. Están permanentemente de caza. Disparan contra los santos para acabar con lo más sagrado. Si cuestionan la autenticidad de la sábana santa es para hacerle la cama a Jesucristo.

jueves, 25 de octubre de 2012

Están locos estos cristianos



Para fundamentar un artículo publicado hace tiempo en El País el escritor Juan José Millás consultó a un psiquiatra a fin de que le aclarara si el Papa deliraba porque se creía el representante de Dios en la tierra. El doctor Prozac le explicó que cuando el delirio es compartido la enfermedad mental es otra. Pero no le dijo cuál. Millás no ponía nombre a la supuesta tara que Benedicto XVI compartía con su gente, pero guiaba con mano firme al lector hasta su diagnóstico definitivo: están locos estos cristianos.
Creo que nos merecemos una segunda opinión. La mía, por ejemplo. Si la locura a la que se refiere es de amor, no le falta razón. Si sugiere otra forma de demencia, está conscientemente en un error. Sucede que a Millás le sobra un tornillo. Se pasa de listo, que es el riesgo que corren los inteligentes cuando están patrocinados por la soberbia. Al vincular la fe a la camisa de fuerza pretende que nos rasguemos las vestiduras, pero lo que logra es meterse en una de once varas. No hay que bordar como los ángeles para saber que la túnica sagrada le queda grande.
Le suele pasar a los que conocen el paño superficialmente. Es fácil llamar enfermos a los que acuden a Lourdes. Pero también es simple. Estoy tan seguro de que Millás sabe de qué color es el caballo blanco de Santiago como de que ignora todo sobre el que montaba San Pablo. De ahí sus coces contra el aguijón.   

miércoles, 24 de octubre de 2012

Del cielo y la gloria



La distancia que media entre la Divina Comedia y el Club del Chiste explica la imposibilidad de la crema de la intelectualidad de recubrir su obra con el cabello de ángel del catolicismo. La ecuación es simple: talento más fe igual a eternidad. Si entre el techo de la Capilla Sixtina y la cúpula de Barceló no hay color es porque mientras Miguel Ángel busca el cielo, Miquel sólo busca la gloria.  
Que, al no ser de este mundo, sólo admite aproximaciones sinceras. El Cristo de Velázquez está tan cerca de Dios que parece pintado del natural. Nada que ver con la pintura desnatada que caracteriza por lo general al arte moderno del que come la vieja escuela. La Última Cena es otro aperitivo celestial que, si se compara con la lata de sopa de Warhol, deja al norteamericano sin el postre de los quince minutos de fama.
El sentido de la trascendencia aporta un plus al arte religioso del que carece el de vanguardia, que únicamente otorga rango de Salvador a Dalí. Sus valedores consideran que así llega mejor al hombre de hoy, cuando no hay cuadro más contemporáneo que el de Jesús en la cruz. Quienes denostan la pintura pía por estar más próxima al ave del paraíso que al palomo cojo olvidan su carga social. Aunque Machín atisbara racismo acrílico, los querubines de Murillo acreditan que Dios creó a Mandela. 

martes, 23 de octubre de 2012

Primavera árabe sin flores a María



La primavera árabe pretendía ser mayo francés y se ha quedado en 14 de abril. Lo que explica el 18 de julio que padecen los países que han sustituido las satrapías familiares de toda la vida por la de los hermanos musulmanes, que son la versión moruna de los novios de la muerte, según atestigua el modo en que se persigue en sus feudos a la minoría cristiana hasta la extremaunción.
Cuando Jesucristo propuso amar al de al lado con alma, corazón y vida la comunidad católica entendió que llevarse bien con el distinto iguala a los hombres, mientras que en otros confines, por el contrario, ha prosperado la guerra santa contra el infiel, al que, en lugar de aceptar como prójimo casado con otra religión, consideran adúltero de la fe. Lo que nos conduce en Nigeria al coche bomba contra los autos sacramentales.
Lástima que los medios de comunicación españoles otorguen rango de tentempié de media tarde a lo que es merienda de negros. La matanza de católicos perpetrada en determinadas naciones musulmanas es silenciada por las grandes cadenas, que despachan la noticia con un bisbiseo sin planos. Si a pesar del apagón informativo la situación sale a la luz es sólo porque una palabra, cuando es la de Dios, vale más que mil imágenes.

domingo, 21 de octubre de 2012

Estola a la brasa


Los curas deben de dar buena lumbre. No se explica si no el empeño en quemarlos que tienen los pirómanos de boquilla que quieren quitarlos de fumar por el expeditivo procedimiento de echarlos vivos a la hoguera. Si al menos les dieran previamente matarile, los pirómanos de la revolución pendiente demostrarían cierta piedad, pero no, prefieren que entren en calor antes del rigor mortis. Lo que nos lleva a Machado: una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Literalmente.
Cabe la posibilidad de que pretendan sólo darles un susto. Hasta la presente la cosa no pasa de traca verbal, de acalorada pirotecnia. Por ahora se contentan con servir estola a la brasa con guarnición de patena sobre lecho de rosario, pero como les sepa a poco igual mandan a la pira a un obispo acusado de proselitismo. Pueden argüir que al ensalzar ante la ciudadanía la multiplicación de los panes y los peces su eminencia pretendía arrimar el ascua a su sardina.  Así que al brasero con él.
El problema, para ellos, es que no se deje. Los amigos de la tea deberían de saber que el bien nunca descansa. Y que cabe la posibilidad de que a monseñor, además del ángel de la guardia, antítesis del matón de discoteca con el que esta gente comparte modales, le proteja también el resto de los fieles, que somos los vigilantes jurados de los que tienen en arriendo la tierra prometida. De modo que cuidado con el perro de San Roque. Que tiene rabo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Contrasentido en Mérida



San Agustín proponía en sus escritos creer para comprender y comprender para creer. Santo Tomás de Aquino también concilió fe y razón en su pensamiento. Nada que ver con el del estudiantado cerril que ha ocupado un colegio privado en Mérida para exigir por las bravas menos teología y más filosofía. Pues que se cumpla su deseo: a partir de mañana más Aristóteles y menos vivir a la buena de Dios.
Sólo si se tiene el encéfalo en punto muerto se entiende el atropello. Invadir por el margen izquierdo un colegio salesiano es como robar a Robin de los bosques para darle el dinero a los pobres: un contrasentido. A ver, mozuelos, atended: Don Bosco, el fundador de la congregación, dedicó su vida a la formación intelectual de críos sin recursos, a quienes cobijó, alimentó y educó ¿Entendido? El que haya captado el mensaje evangélico que levante la mano, pida excusas, borre la pintada presocrática y escriba cien veces en el encerado yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así. De descerebrado.
De otro modo no se entendería que además de eliminar la religión del plan de estudios la horda estudiantil pida también menos crucifijos y más trabajos fijos. La rima, aunque consonante, me parece cogida por los pelos, por lo que no habrá que tomarla al pie de la letra. En cualquier caso, como faltan sacerdotes, no estaría de más tener en cuenta la petición laboral de los alumnos. Sugiero que se les oferte que doblen la espalda en la viña del Señor, donde, como servir al prójimo requiere jornada completa, nunca se da de mano. Pero no creo que entren a por uvas.

jueves, 18 de octubre de 2012

El Papa y los perros flacos



Los perros flacos de la fe denominan a Benedicto XVI el rottweiler de Dios, pero quien merece vacuna antirrábica es la rehala canis lupus que busca morder al Sumo Pontífice so pretexto de que actúa en legítima defensa, ya que atribuye al Papa la condición de lacero de los lindos pulgosos. Pura leyenda negra, según la cual Ratzinger es un canciller con casulla que está más cerca de la cruz gamada que del crucificado. 
El éxito de los estereotipos radica en su simplicidad. Considerar nazis a todos los alemanes es preceptivo para vincular al paso de la oca a quien es el máximo representante de la paloma de la paz. Otra mentira que triunfa es que El Vaticano es rico, lo que en el imaginario ateo convierte la barca de Pedro en trasatlántico y la singladura hacia el Creador en crucero de lujo.
La bula laica con que cuenta el ateísmo en una sociedad descreída explica que haya prosperado esta idea deformada sobre el cabeza de la Iglesia que considera al pescador de hombres un tiburón de las finanzas. Lo quieren pez gordo del capitalismo cuando lo cierto es que si le respetan las pirañas es por la imposibilidad que tiene el mal para chapotear en el agua bendita. 
En época de vacas anoréxicas, relacionar al Papa con las preferentes, siquiera sea por la vía metafórica, es una táctica perversa de quienes quieren convertirlo en el último mohicano de la tribu del Señor. Vano intento. En el ámbito del maná no se sostiene el enfrentamiento entre el hambre y el pan bendito por la sencilla razón de que el propio Jesús vincula la gastronomía a la caridad. Que se sepa, por el modo en que reparte sustento, la Iglesia guiada por Benedicto XVI sólo es rica en carbohidratos.

martes, 16 de octubre de 2012

Alabanza atea



La teoría de los hijos desnaturalizados, aplicada a la religión católica, explica que de Jesucristo, un revolucionario, descienda un Papa reaccionario y una Iglesia facha. Así lo sugieren al menos los minúsculos enemigos del altar mayor, que pretenden convertir al hijo de Dios en un precursor de la Internacional con la única intención de alancear a la santa madre urbi et orbe.
La alabanza atea al que viene en nombre del Señor es estratégica. Si salvan de la quema al Mesías es para enviar a la hoguera a los que mantienen vivo el fuego sagrado desde el episodio de la zarza ardiente, razón por la que contraponen el sermón de la montaña al valle de los caídos, que es un modo artero de utilizar la geografía como munición para bombardear Roma desde Belén.  
Los que utilizan malas artes para alabar la figura de Cristo esgrimen un argumento de brocha gorda, el amor de Jesús a los pobres, para afiliarlo al partido comunista a título póstumo y así enterrarlo en el panteón de Mao, a fin de que de la cohabitación de la Biblia y el libro rojo surja un nuevo tratado de educación para la ciudadanía que proponga ser buenos sin ser santos.  
De modo que elogian al Jesús hombre para despojar al catolicismo de su esencia, que es el Jesús celestial. Saben que sin su condición divina, Cristo sería sólo un combatiente con barba, referencia estética imprescindible para quien cursa lucha de clases. Y, ya puestos, también para diferenciar al revolucionario del tirano. Un revolucionario sin barba desemboca en Stalin, pero con ella, en cambio, se convierte en un soneto con balas, como el Che, si es poblada. O en un Bardén, si es de tres días.

domingo, 14 de octubre de 2012

Golpe bajo al Altísimo

Quienes confunden la falda larga con la sotana, las churras con las merinas, el becerro de oro con el cordero de Dios, exigen que la Iglesia pague el impuesto de bienes inmuebles por sus propiedades. Como quiera que la exención del tributo se incluye en el concordato firmado entre España y la Santa Sede, los impulsores de la propuesta saben que es un brindis al sol con vino aguado que el clero no secundará por aquello de que es el mejor sumiller de la historia desde la bodas de Caná.
A los peticionarios del degüello fiscal les da lo mismo que no prospere la iniciativa, desde luego, porque con ella no persiguen tanto recabar fondos como socavar ante la opinión pública (por la que siempre opinan otros) el cimiento que sostiene en pie la sagrada forma. No es más que un nuevo golpe bajo al Altísimo de quienes, por la debilidad de sus argumentos, no tienen media ostia. 
Que se sepa, los sindicatos y los partidos políticos tampoco pagan por su entramado inmobiliario, pero los fustigadores del reclinatorio se arrodillan ante ellos para, alentados por los mismos, seguir en pie de guerra contra la Iglesia. Así que plantean que el arca pública se llene sólo con dinero proveniente del arca de la alianza. Y no piden que también tribute la de Noé porque son conscientes de que ha llovido mucho desde entonces. 
Parten de que la curia tiene privilegios, premisa que desmonta el propio Evangelio: cuando Jesús dice que hay que dar al César lo que es del César anticipa que hacienda somos todos. Y bien que lo entiende la Iglesia, cuya sopa amiga evita la dieta forzosa al estado de bienestar. Los que la ponen a caldo no tienen en cuenta que si muchos que se saltan la primera comida del día se acuestan con el estómago lleno es únicamente porque acuden a las fondas en las que se sirve la última cena. 

jueves, 11 de octubre de 2012

La obsesión de la Sexta



Un obispo cobra al mes menos de mil euros, que es previsiblemente la cantidad que, si no ejercerían de catalanes, se gastarían determinados directivos de la Sexta durante una comida de empresa en anís del Mono para dejar clara su adscripción a la teoría de la evolución de las especies. En la cadena, para no ser eslabón perdido, es obligado preferir a Darwin destilado antes que a Jesús sacramentado, aunque no haya color entre el transparente incruento de la botella y el rojo sangre del cáliz.
Y se le nota. La Sexta refleja una imagen de la realidad eclesial tan distorsionada que parece que le vende las lunas Max Estrella. Acusa, por ejemplo, a la Iglesia de ser la principal tenedora de inmuebles de España sin añadir que gracias a ella persisten las catedrales, embajadas terrenales del reino de los cielos donde la belleza está al servicio de la fe. Otros no pueden decir lo mismo. No hay más que mirar fotografías de Polonia de cerca para darse cuenta de que la única contribución del socialismo a la arquitectura es la casa del pueblo.
De la que por cierto ha desertado la plebe en apuros, que a la hora de pedir sabe bien dónde llamar. Para las formaciones políticas un marginado no es un elector, pues intuyen que su único voto es de pobreza, en tanto que para Cáritas, asistente social de las alturas, es una persona respetable en horas bajas. De modo que mientras que la Iglesia echa una mano a los desheredados, otros los tratan a patadas sin que La Sexta haga hincapié ni en la buena obra ni en la mala acción.
La persecución, además de injusta, es obsesiva. Por ahora no pide que echen a los cristianos a los leones, pero, como dijo el soldado olímpico de la batalla de Maratón, todo se andará. Mientras llega ese día, los periodistas de la cadena preparan el terreno. Entre los que destaca el follonero, Quijote con trienios, que mira por donde todavía no ha pedido excusas por la oferta de empleo para su programa que requería un periodista en prácticas sin contraprestación salarial. Capaz es la propietaria de Gol Televisión, con tal de echar balones fuera, de considerar becarios a los monaguillos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Cómo cocinar un Castro



Para San Juan de Ávila la Virgen María fue la mejor guisandera de Jesús porque aportó al hijo su toque especial de pureza. Nada que ver con Javier Krahe, que lo cocinó en directo para los televidentes con la única intención de indigestar a los comensales del cuerpo de Cristo. De lo que se deduce que entre la madre de Dios, que es gracia plena, y el cantautor, que no tiene ni pizca, media la misma distancia que entre la cocina casera y la comida basura.
Cuando Santa Teresa dijo que Dios también estaba entre los pucheros no pretendía darle ideas a la caterva atea, sino dar fe de que las encimeras también son buen lugar para entablar oración con el todopoderoso. Pero el ateismo ilustrado es experto en coger el rábano por las hojas con tal de priorizar el palo sobre la zanahoria. De ahí que Krahe, bardo de la flor y la nata de la progresía, incluyera la mala leche en un menú que, puesto que produce ardor de estómago, está excluido de la dieta mediterránea por mucho que su ingrediente principal anduviera sobre el mar.
krahe tendrá otra idea del yantar, pero para los católicos Jesucristo es el alimento perfecto sin necesidad de gratinarlo. Tanto que, combinado con ejercicio espiritual, no engorda aunque se tome a diario. Si diez de cada diez sacerdotes, que son los endocrinos del alma, recomiendan su ingestión semanal es porque aporta la alegría necesaria para convertir el valle de lágrimas en risueña sobremesa.
Lástima que algunos no lo entiendan. Como el pan de vida está hecho de harina eterna, los del otro costal pretenden pasar de cocción al trigo limpio. Cabe la opción de darles a probar su propia receta, pero no seré yo quien proponga cocinar a Llamazares a fuego lento. Primero porque no es plato de buen gusto y segundo porque no se deja. No hay más que ver como se le cruzaron los cables cuando la CIA utilizó su cara para el retrato robot de talibán del año. Tampoco, por aquello de que no es bueno abusar, resulta correcto meter en el horno a un Castro. Sería como comparar la gloria bendita con la ensaladilla rusa. 

martes, 9 de octubre de 2012

Misa en el subsuelo



Hay dos pares de cosas que un hombre sensato no debe hacer nunca: alistarse en la legión vestido de tuno (“mi coronel, quisiera cantarle clavelitos”), pedirle al estrangulador de Boston que le elija la corbata (“la verde te sienta de muerte”), jugar al billar con la protagonista de Carrie (“por lo menos, utiliza el taco”) y, si es católico, mirar para otra parte cuando quieren sacarle los ojos. 
Cada vez que en mi presencia alguien hace a viva voz sus necesidades en mis creencias, suelto el vientre retórico en las inmediaciones del ateismo agresivo. Sé que convertir la boca en intestino grueso es jugar sucio, pero qué le vamos a hacer, me he criado en la calle, donde las navajas tienen más futuro que los floretes. Tengo claro que decirle educadamente al blasfemo de guardia que hiere mi sensibilidad es invitarle a que encadene contra el cielo adjetivos de dos rombos en horario infantil. Así que llámame crío, pero prefiero sacarle le lengua a meterla en paladar.
Aunque el apocamiento no forma parte de la secuencia histórica del ADN católico, ahora se ha entreverado la flojera, disfrazada de prudencia, en el gen del seglar, lo que aprovecha el que tiene carné de laico tosco para embestir soezmente y el que lo tiene de laico listo para dañar a los fieles afablemente, sabedor de que cien pellizcos de monja equivalen a un cardenal.
Puesto que la agresión continua tiene como objeto propiciar el retorno de los cristianos a las catacumbas, callar es colaborar con quien te cava la fosa. Cualquier manual de combate aclara que la réplica sistemática a un ataque sistemático debilita más al que agrede que al que defiende, lo que obliga al cristiano a cambiar de táctica para evitar que a instancia de los que reinan sobre la tierra la misa de once se celebre de nuevo en el subsuelo.
La estrategia de defensa, además de efectos prácticos, los tiene terapéuticos, ya que evita que entre los creyentes cunda el resentimiento, que el hábitat de la mala sangre. Como quiera que la paciencia, cuando se agota, limita al norte, espacio del hemisferio cerebral, con la ira, y al sur, que es zona pasional, con la patada en el bajo vientre, es preciso impedir que rebose el vaso para evitar tan mal trago.
De ahí el valor de hacer frente al laicismo con sus propias armas. Para transitar entre gente tan ducha en el idioma de la afrenta es mejor llevar los incisivos en posición de combate semántico que apretar los dientes sin decir palabra. Al igual que a quien no entiende otro lenguaje que el del dinero hay que hablarle en plata, al que jura en arameo hay que demostrarle que, aunque sólo sea por tradición, nadie supera a un católico en eso de saber latín.