El País critica que la elección del profesorado de esta materia competa a la jerarquía eclesiástica. De lo que se deduce que para este periódico es más coherente que un experto en vasos comunicantes hable a los alumnos de las bodas de Caná y que una feminista radical analice desde el desdén la actitud de Marta y María.
La prensa de progreso, que yo sepa, no critica con tanta saña el plan de estudios que se imparte en Cataluña, de cuya asignatura de historia se deduce, más o menos, que Carlos V, no es que hablara payés en la intimidad, es que dijo Ja sóc aquí en cuanto nació, pero pone en solfa una doctrina que no se deja tergiversar. Si El País se escandaliza de que la asignatura otorgue a Dios los derechos de autor de la vida es porque no entiende que la asignación de la paternidad no contradice a quienes aseguran que el Big Bang fue la oxitocina que aceleró el parto.
En cuanto a lo que comentas tan acertadamente,amigo Javier,sólo me preocupa el dañoque estos meapilas del ateísmo sobrevenido puedan hacer. Es decir,la influencia en aquellos que se dejan dominar por las corrientes,que no es poco daño. En cuanto a la Iglesia,con sus errores y aciertos,repartidos a partes iguales para que se queden contentos,tiene suficiente con hacer unos temarios honrados,buenos,dirigidos a explicar nuestra fe,nuestra forma de crecer como cristianos,de perdonar y de amar,de reconocernos pecadores pero esperanzados en el Señor. El resto,puro humo... Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Y eso, un temario sustentado en el amor, es lo que no puede tolerar el laicismo. Un abrazo.
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