miércoles, 4 de marzo de 2015

Laicismo cincuentón

El laicismo que se presenta como paradigma de la modernidad es como el cincuentón que cuando habla con jóvenes hace más hincapié en la virilidad que en la próstata. El laicismo es una doctrina acomplejada que otorga a sus viejas consignas rango de pan del día. Lo que explica que un editorial de El País califique de rancio el contenido de la asignatura de religión católica sin cuestionarse la vetustez de sus argumentos. Sólo el que no se mira en el espejo descubre arrugas en el otro.
El País critica que la elección del profesorado de esta materia competa a la jerarquía eclesiástica. De lo que se deduce que para este periódico es más coherente que un experto en vasos comunicantes hable a los alumnos de las bodas de Caná y que una feminista radical analice desde el desdén la actitud de Marta y María.
La prensa de progreso, que yo sepa, no critica con tanta saña el plan de estudios que  se imparte en Cataluña, de cuya asignatura de historia se deduce, más o menos, que Carlos V, no es que hablara payés en la intimidad, es que dijo Ja sóc aquí en cuanto nació, pero pone en solfa una doctrina que no se deja tergiversar. Si El País se escandaliza de que la asignatura otorgue a Dios los derechos de autor de la vida es porque no entiende que la asignación de la paternidad no contradice a quienes aseguran que el Big Bang fue la oxitocina que aceleró el parto.

2 comentarios:

  1. En cuanto a lo que comentas tan acertadamente,amigo Javier,sólo me preocupa el dañoque estos meapilas del ateísmo sobrevenido puedan hacer. Es decir,la influencia en aquellos que se dejan dominar por las corrientes,que no es poco daño. En cuanto a la Iglesia,con sus errores y aciertos,repartidos a partes iguales para que se queden contentos,tiene suficiente con hacer unos temarios honrados,buenos,dirigidos a explicar nuestra fe,nuestra forma de crecer como cristianos,de perdonar y de amar,de reconocernos pecadores pero esperanzados en el Señor. El resto,puro humo... Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo. Y eso, un temario sustentado en el amor, es lo que no puede tolerar el laicismo. Un abrazo.

    ResponderEliminar