Los calvos son reaccionarios

Dice Elena Valenciano que perdón es un concepto católico que no encaja en el diccionario socialista. Tiene razón: casa mal con divorcio y peor con aborto. La alta dirigente del PSOE se ha referido a la raíz cristiana de la petición para criticar a unos farisaicos compañeros de partido que si han pedido disculpas porque lo hicieron de pena ha sido sólo para dar lástima.
Aunque Valenciano no parece una exegeta del Génesis, por lo que hay que descartar que interprete correctamente el modelado del hombre a partir del barro, el caso es que pisa todos los charcos derivados del Jordán. Ya metió la pata hasta la rótula cuando para descalificar al obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, dijo que tenía aspecto desagradable, acorde con sus ideas retrógradas. De lo que se deduce que, para ella, ser calvo es reaccionario. No sé qué pensará Rubalcaba.
La dirigente desconoce que desde Dorian Gray la cara no es el espejo del alma, pero dudo que haya leído a Oscar Wilde. Tampoco a Víctor Hugo. Si no sabría que, en cuestión de bondad, Quasimodo no deja que ningún progresista estirado se le suba a la chepa. Le vendrían bien más lecturas y menos prejuicios para que cuando hable del físico de Teresa de Calcuta no vuelva a hacer el indio.