lunes, 17 de diciembre de 2012

Big bang inverso

El calendario maya, precursor del almanaque de Explosivos Rio Tinto, pronostica un big bang inverso para el próximo 21 de diciembre. La predicción de esta civilización precolombina sobre el fin del mundo llega avalada por la presunta coincidencia en el tiempo de un surtido de catástrofes. Lo peor de cada casa se dará cita en la nuestra: un planeta trotamundos, un rayo de sol, oh, oh, oh, erupciones volcánicas psicópatas y una alineación galáctica que, al no incluir ni a Pepe ni a Ramos en el doble pivote, invita a responsabilizar de todo lo que pase a Mourinho. Como siempre.
Esto ocurre por tener  aseguradas las tres comidas, los dos coches y la segunda vivienda. En África, donde el eructo es privilegio de unos pocos, no están muy preocupados por la presunta despedida y cierre, pero en Europa y Estados Unidos hay sectores de población a los que el pronóstico reservado de los mayas les pone enfermos. Tanto que ha tenido que salir la NASA a desmentir que esa jornada haya finiquito general al objeto de tranquilizar a la multitud que le pide consejos sobre qué hacer cuando empiece el adiós muchachos.
La agencia espacial norteamericana asegura que no hay motivos para la histeria, y es cierto, pero hay quien no la cree porque sus afirmaciones generan dudas. A ver quien se toma en serio a una institución que en noviembre sugirió que en Marte había formas de vida para un mes después asegurar que no es eso lo que en quería decir en el fondo. La NASA, con todo, esta vez acierta: el 21 ninguna gran bola de fuego quemará la tierra. Otra cosa es que cuatro días después nacerá la llama de amor viva. Pero esa no mata. Esa resucita.

2 comentarios:

  1. La verdad:tanto gilipuerteo junto llega a ser de bobos. Ni entienden de cultura los progretas que de no creer en Dios creen en cualquier cosa(Chesterton dixit)ni de ciencia,ni de razón.
    El día que toque lo que sea,en manos de Dios estaremos.
    Un abrazo. He estado fuera tres días y ahora corrijo la ausencia,Javier.

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  2. Creen en todo con tal de no creer en Él. Un abrazo.

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