miércoles, 19 de diciembre de 2012

Dios con minúscula

Hay quienes escriben alcalde con mayúscula y Dios con minúscula para mostrar la preponderancia del poder civil sobre el religioso, del pleno sobre el cónclave, del edicto sobre la encíclica. Por lo general los que así hacen no tratan sólo de marcar el territorio laicista a través de la grafía descreída sino escenificar de paso, presos de un analfabetismo espiritual, su desprecio gramatical al Verbo.
Además de no seguir al pie de la letra a la RAE, esta gente aprovecha que Dios es uno y trino para hablar de él en tercera persona a fin de ningunearlo también de palabra. Lo que resulta un sinsentido porque ninguna otra porta tantos conceptos buenos en su interior. Ni siquiera crisálida, que encierra mariposa, revolotea a la altura de Dios, que, por enumerar sólo cinco, contiene misericordia, piedad, amor, paz y perdón. 
Con todo, aunque intentan agraviar, no ofende con la minúscula divina. Al fin y al cabo, de los humildes es el reino de los cielos y a la a con rabito, de puro sencilla, dan ganas de abrazarla. De modo que utilizar la ortografía contra el protagonista de las Sagradas Escrituras no es más que un intento fallido de leerle la cartilla. Las estrategias de libro no funcionan cuando quienes la desarrollan o no saben leer o no pueden hacerlo porque se lo impide la ofuscación, esa tara que, por lo que ciega, es droga dura. Para mí que estos ágrafos son de los que escriben la o con un canuto.

2 comentarios:

  1. Todo lo puedo en Aquél que me conforta. Me lo enseñó mi madre(q.e.p.d)diciéndome: Hijo,Dios siempre con mayúscula,habla del Señor con respeto y jamás tires un pedazo de pan al suelo,es donde Jesús se hace Cuerpo...
    Claro que era una simple modistilla sin estudios,amigo Javier. Buen día.

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  2. Dios con mayúscula y laicismo con minúscula. Así lo refleja la RAE. Un abrazo.

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