viernes, 7 de diciembre de 2012

La Biblia y la Constitución

La progresía sugiere que los siervos de la gleba pagarán otra vez el diezmo a la Iglesia con la nueva reforma educativa, por cuanto prioriza, a su juicio, a la educación privada sobre la pública. Quienes proponen la misma tiza para todos apuntan que la norma académica del ministro Wert beneficia al colegio de pago en el que se forjan los peces gordos e incluso a la concertada escuela de sirenas, ni carne ni pescado, en detrimento del centro educativo del proletariado, al que pronostican que sólo llegarán las raspas.
Los de la trenca reprochan a los del frac que el nuevo plan de estudios apiole a la asignatura de educación para la ciudadanía, la preferida de cuantos se arrogan sin pedirle permiso la representación del pueblo. Entienden la supresión como el triunfo de la Biblia sobre la Constitución. Cuando no es eso. Si pensaran un poco comprobarían que son complementarias. En tanto que ambas persiguen alcanzar un mundo mejor, la Epístola a los Hebreos tiene puntos de coincidencia con la Carta Magna.
Como no lo consideran así, el refuerzo de la Religión decidido por el Ministerio de Educación ha sacado de quicio a los intransigentes, quienes critican que la asignatura deje de competir con el recreo para hacerlo con mujeres de su edad. Si por ellos fuera la optativa seria la música para que el alumnado eligiera el pentagrama en lugar del Eclesiastés. Se equivocan. No lo haría. Entre otras cosas, porque hay más ritmo en un Credo que en un sencillo de Mocedades. Frente al Yo pecador nada puede hacer Eres tú.

2 comentarios:

  1. La autodenominada progresía tiene como deporte el tiro a la Iglesia,cosa habitual desde el Imperio romano,pero si el progreta es empecinado en imbecilidad,el cristiano se nutre de la fe y sigue esperanzado.
    Un abrazo.

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