lunes, 26 de agosto de 2013

La Iglesia y el golpe de Brasil

La tesis de un historiador basta para que un abanderado de la izquierda intelectual concluya que, en contra de lo que se creía, la Iglesia brasileña no sólo no se opuso con sermones y dientes al golpe de estado militar de 1964, sino que lo apoyó abiertamente. Medio siglo después de la asonada la historia sitúa en su sitio al clero, que hasta ahora tenía al parecer engañada a la opinión pública, a la manera en que la sonrisa de buena persona de Michael Keaton en De repente, un extraño hacía creer a los arrendadores de la casa que nunca les dejaría a deber un mes.
Para la izquierda es imposible no caer en un prejuicio anticatólico, como el de asociar por sistema a la Iglesia a cualquier perrería encaminada a frenar la democracia. Como quiera que en Brasil el clero es respetado porque plantó cara a la infantería, ha sido acogida con aplausos la versión del autor de la tesis, quien, estoy seguro, si trasladara a Europa su investigación descubriría que la progresía entiende que el telón de acero, en lugar de en las fábricas la URSS, se realizó en la fundición de la dama de hierro.

1 comentario:

  1. Mientras denuncian los defectos y errores de los demás(reales o inventados)ellos no tienen que explicar los propios.
    Goebbels ya dijo algo sobre esto y me repugna nombrar a tal personaje.
    La Iglesia,fiel a Cristo y al Evangelio,tiene un solo camino:amar ante todo.
    Un abrazo,Javier.

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