martes, 20 de agosto de 2013

Humor católico

Santo Tomás Moro en una oración de su cosecha pide a Dios buenas digestiones, siempre que, previamente, le proporcione algo que digerir. Y el Papa Francisco contaba en un libro sobre su vida, editado cuando era cardenal, un chiste sobre dos curas modernos en el que uno de ellos pregunta al otro si cree que terminará suprimiéndose la norma del celibato. "Puede”, contesta el interpelado, “pero, en cualquier caso, eso lo verán nuestros hijos”.
Escribo esto para reivindicar el sentido del humor como seña de identidad católica. Un católico es por definición una persona vinculada a la alegría. La vinculación se deriva de razones que entroncan con el perdón, que, además de terapéutico, es higiénico porque elimina las cazcarrias del alma. Y un hombre limpio por dentro es un hombre feliz por fuera. Tanto que para él la adoración nocturna es la versión original de jo, qué noche.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo,Javier: Si uno sigue al Señor,hay más razones para estar alegre que triste. Algunos identifican erróneamente la alegría con la ausencia de problemas y no es así sino solucionarlos o aceptarlos con la alegría que nace de la esperanza.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Por nuestra alegría nos conocen. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Me vienen dos frases a la mente: "santidad es alegría" y "un cristiano triste, es un triste cristiano", qué grande es la alegría que siente el corazón humano que es morada de Dios. Feliz día.

    ResponderEliminar