miércoles, 28 de agosto de 2013

El color del hombre

Unos años antes de que uno de los grandes emblemas capitalistas, Coca Cola, abrazara el poder de las flores con anuncios inspirados en la sed de Joan Baez, la bala del malo durmió para siempre al hombre que en los sesenta tuvo un sueño más lúcido que el de los hippies que tonteaban con las adormideras. Hoy hace medio siglo que fue asesinado Martin Luther King, cuyo esperanzador discurso al final de la marcha sobre Washington apuntala la tesis de que todos los grandes oradores no demagogos están en deuda con el Sermón de la Montaña.
El radio de actuación de aquel monumento a la oratoria no se circunscribió a la América profunda, sino que viajó a Europa. De hecho, aquí mismo, en España, tuvo un hermoso efecto colateral al propiciar que Basilio entrara en la lista de los grandes éxitos con su disco del cisne de cuello bicolor. Quiero decir que Luther King tuvo la virtud de conseguir que lejos de Alabama triunfara también su propuesta de un mundo más justo, sustentada en la evidencia de que color y tamaño son conceptos sinónimos, por cuanto no importan. De importar, todos sabríamos si las rayas de las cebras son negras o son blancas.

1 comentario:

  1. Hemos de aprender,nunca es tarde,que Jesús de Nazaret habló y amó para blancos y negros,romanos y escitas,hebreos y samaritanos.
    Y lo hemos de aprender en carne propia,no vale otro aprendizaje.
    Un abrazo.

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