De la coyunda entre La Marsellesa y Soldadito boliviano nace La Internacional, canción para después de una guerra que entona la progresía acomodada, la de los puños de oro, como si estuviera en la siega en vez de los despachos. La progresía mantiene frescos sus viejos éxitos musicales porque no le queda otra en esta época ayuna de mitos de la izquierda, en la que ningún cantautor confunde a Rubalcaba con el Che ni a Elena Valenciano con Dolores Ibárruri.
A Jesús, sin embargo, no le faltan compositores. En la misa de hoy de Riópar, un coro exiguo, tres chicas y dos guitarras, han entonado una cuantas canciones de amor al Sagrado Corazón. Desde fuera hay quien las ridiculiza al otorgarle el mismo valor que al Porompompero, mientras encumbra otras de poca monta. Lo que es un error. Al fin y al cabo, Bosé es a Manolo Escobar lo que la falda pantalón al pantalón de campana. No te extrañe que el carro lo tenga escondido en su trastero el amante bandido.
Canciones con intención,con sentido...son aquellas que dicen algo y además de decirlo,lo significan,lo ponen en realidad,como una ofrenda sincera.
ResponderEliminarNunca serán tan bellas y tan realmente sinceras como las nacidas del alma hacia el Señor aunque no estén en ninguna barricada.
Un abrazo,Javier.