lunes, 8 de abril de 2013

Subvenciones laicas

El laicismo se echa las manos a la cabeza porque considera que la Iglesia las mete dónde no debe, en el bolsillo de los españoles, para pagar a los capellanes en hospitales, cuarteles y cementerios. En total, 30 millones de euros, un dineral, de fondos públicos gastado en confesiones, señal de la Cruz y extremaunción. Para el laicismo ese dinero tendría mejor uso invertido en paridad. Por ejemplo, en un estudio que analice el motivo por el que la caballa, precursora de feminismo, dejó la cuadra para hacerse al mar.
Será por programas subvencionables. En Andalucía una asociación recibió 3.000 euros para un proyecto titulado ¿En que piensan los jóvenes cuando hablan de sexo? A la vista está que en sacarle medio millón de pelas a la Junta. Hay preguntas que huelen a Nenuco, a niño de papá, que en la región es todo aquel que medra del erario porque desciende directamente de la lucha de clases.
Este tipo de subvenciones no lo crítica la progresía, que sin embargo considera un despilfarro mantener la cohabitación entre la UCI y el RIP en los hospitales e incluso que haya sacerdotes en nómina en las cárceles. Desconocen que los monjes viven en celdas desde antes de que se inventara el tercer grado y que el mensaje de liberación del catolicismo no es un solapado manual de fuga.

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