jueves, 25 de abril de 2013

Cervantes católico

El autor de La ilustre fregona enlaza con Fray Escoba a través del catolicismo por mucho que el laicismo interprete a su manera el episodio de El Quijote en el que el buen hidalgo y el ingenioso escudero se dan de bruces con la torre de la iglesia de El Toboso. Hay que leer el libro de Cervantes tan torticeramente como Don Brown hojea la Biblia para llegar a la conclusión de que el pasaje citado es el de los horrores.
Saavedra mete en escena a la iglesia del pueblo porque sirve como punto de referencia urbanístico al diálogo posterior entre el protagonista de la obra y el secundario de lujo acerca de la ubicación de la casa de Dulcinea, que más parece discusión de arquitectos que de deshacedores de entuertos. De modo que concluir que la alusión es una crítica solapada al clero viene a ser como apreciar en las Bodas de Caná una indirecta de Jesús a los bodegueros por la fama que arrastran de convertir el vino en agua.
Sucede que el hombre de letras de hoy, que se precia de agnóstico, no soporta que don Miguel comulgue con la Iglesia del Dios trino, como acredita la lectura del gran libro, cuya claridad es tanta que leerlo entre líneas para sacar conclusiones equivocadas equivale a pedir censura para El Parvulito por considerar que la frase mi mamá me mima es una velada incitación al incesto.

2 comentarios:

  1. Delicioso tu artículo,amigo Javier.El Quijote vale más que una interpretacion torticera del mismo. Cervantes era un genio,amén de un hombre sencillo. Cristiano o judío converso me da igual porque es hijo del Padre,de nuestra España,de su historia. ¿Habrán leído el Quijote algunos de sus intérpretes,amigo Javier?.
    Un abrazo.

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  2. El Quijote no es un libro religioso, pero desprende humanismo cristiano. Es así. Un abrazo.

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