sábado, 27 de abril de 2013

El tiempo de la Iglesia

La cantinela laica martillea con el eslogan de moda: la Iglesia no está con los tiempos. Qué esperaba. Así ha sido siempre. Si lo estuviera, los curas de los setenta habrían oficiado misa con pantalón de campana, por badajo el pespunte, los de los ochenta habrían contado con Radio Futura para la antífona de entrada y los de ahora creerían que Jesús resucitado es un peso muerto.
No estar con los tiempos presupone no tener fecha de caducidad. La pervivencia de la Iglesia tiene mucho que ver con su renuncia a caer en la tentación de lo que marca en cada momento la opinión pública, tan voluble que antes era de misa diaria y ahora pone en cuestión los dogmas, desacraliza las fiestas, deshonra a padre y madre y desautoriza al quinto mandamiento mediante la ley de plazos.
La opinión pública también es partidaria de otorgar a la ciencia carácter sagrado, de modo que un día de estos beatifica a Stephen Hawking, excomulga a la patena e incluye la clonación en el Génesis con la intención de que en los verdes pastos del Edén la oveja Dolly le coma el terreno al Cordero de Dios.

4 comentarios:

  1. Ya decía el genial G.K. Chesterton que "para entrar en la Iglesia no hace falta quitarse la cabeza,tan sólo el sombrero"...
    Pues en esa estamos. Ya cuando Nuestro Señor se dejó acompañar por un grupo de sencillos arameos se vió que aquello no iba con los tiempos que corrían. El Maestro aceptaba a niños y mujeres,los apartados de la época,hablaba de dar al César lo que era del César,pero de dar a Dios lo que era de Dios y convertía el agua en vino para que dos jóvenes no sintiesen vergüenza en su boda...
    ¡Qué nos van a contar de lo que son los tiempos y su adaptación,amigo Javier!.
    Un abrazo sabatino.

    ResponderEliminar
  2. La Iglesia, como dices, siempre va por delante. Aunque parezca lo contrario. Buen día y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. D. Javier, D. Caminant,

    Les traigo una cita que auna sus dos posts:

    Escribía Chesterton que el catolicismo es «la única religión que libera al hombre de la degradante esclavitud de ser un hijo de nuestro tiempo»

    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Pues para aunar los tres basta admitir que Chesterton tenia razón. Un abrazo.

    ResponderEliminar