miércoles, 17 de abril de 2013

Marilyn en moreno

Sin la resurrección, la piedra que desecharon los arquitectos no sería hoy más que la viga maestra de la casa de pueblo. El milagro patente estorba al progresismo, cuyos esfuerzos por sustituir a Jesús con santones laicos no ha dado resultados. Así, el Che es Marilyn en moreno, un mito, pero no le llega a la altura de las sandalias al pescador de hombres, Quien, sin embargo, lavaría encantado los pies al guerrillero.
Juan Arias firma en El País un panegírico trampa en el destaca que el Papa Francisco lleva adherida la esencia del Cristo, al que califica de profeta para omitir su relación con el Padre. Aunque trufe el artículo de elogios al Vicario, el autor no pierde nunca de vista su cometido, propio del laicismo, que es despojar al catolicismo de su principal seña de identidad para reducir el papel de la Iglesia universal al de una multinacional del bien. 
El propio Pontífice ha advertido de que la Iglesia corre el riesgo de convertirse en ONG con tendencia a la generosidad si prescinde de Jesucristo, cuyo mensaje aclara que es preceptivo amar al prójimo para amar a Dios y esencial amar a Dios sobre todas las cosas. Los que no lo entienden así pretenden que se confunda a la bandera discutida con el día de la banderita.

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