domingo, 30 de junio de 2013

Diferentes, pero unidos

Cuando el Papa Francisco pide unidad en la diferencia lo que propone es que todos en la Iglesia, con independencia del carisma, jueguen para Cristo, que no es Messi con más labia, sino Palabra de Dios. Así que no hay que escandalizarse por el discurso del Pontífice. Al contrario: Si  Dios mismo es uno y trino a cuento de qué exigir uniformidad a un equipo en el ha convocado con idéntico amor a los tullidos que a los que pisan fuerte.
Viva, pues, la diferencia, que es la que nos hace iguales en Cristo, al que no sólo se llega con el tiqui taca, con el juego bonito, sino también con el juego directo. De ahí que el equipo cohabiten numerarios del Opus con jesuitas. Los de San Josemaría de centrales y los de San Ignacio en punta. El combinado se completa con el resto de órdenes: nadie interpreta mejor que los franciscanos el juego sobrio de los laterales mientras que los representantes del camino neocatecumenal son idóneos para hacer el pasillo al campeón: Dios nuestro Señor.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado tu artículo,Javier. Cada uno con su carisma,sentido,ánimo o movimiento,pero siguiendo los pasos de Jesús de Nazaret,el que no defrauda...
    El Papa,como buen hijo de S.Ignacio,sabe bien que es eso.
    Un abrazo y buen domingo.

    ResponderEliminar
  2. Buen día también para ti. Gracias por todo, amigo.

    ResponderEliminar
  3. Como lo dice San Pablo, Un solo Cuerpo, pero mucho miembros..interesante analogía con el fútbol, se nota que le gusta mucho. Buen día y bendito sea Dios que encontré su blog con ese estilo de escribir, bastante agradable de leer y que pega duro lo que dice pero sin faltar a la caridad.

    ResponderEliminar