jueves, 13 de junio de 2013

Aborto libre y gratuito hasta completar aforo

Red Madre es, el buen sentido, la mano que mece la cuna. La organización presta ayuda de todo tipo a mujeres embarazadas con la sana intención de que entonen Gracias a la vida en vez del réquiem. Nada malo, pues. Pero Elena Valenciano, representante del feminismo radical, el que apuesta por el aborto libre y gratuito hasta completar aforo, le acusa de manipular las cifras del mismo en España con la intención de que parezca masacre lo que no es más que centena de millar.
Para el feminismo militante la muerte inducida de más de cien mil fetos al año no es una alegría, pero sí un daño colateral. Las chicas ultras no brindan con champán tras cada legrado, pero consideran que el embrión perjudicado no debería de estar ahí, al modo en que los militares consideran que la población civil no debe interponerse en línea recta entre las balas cuando hay fuego cruzado.
Con lo que justifica la visita de las preñadas al quirófano para una liposucción de urgencia. Lo que convierte a las clínicas abortivas en el socio capitalista del feminismo, cuya representante, Valenciano, acusa también a Red Madre de falsear el expediente académico de las mujeres que abortan. Dice al respecto que las que más lo hacen son las que mejor se llevan con la nota media, esas que en el examen de literatura prefieren comentar Bodas de sangre a La nana de la cebolla.

2 comentarios:

  1. El tema es suficientemente grave,triste y doloroso como para que lo utilicen como bandera de libertad.
    Ayer escuché a varias madres de enfermos mentales llorar por sus hijos,por como cuidarlos,atenderlos,etc. Ellas no los abortarían ahora si pudiesen...Es todo un ejemplo.
    Un abrazo.

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  2. Lo más grave es que se haya llegado a un punto en esta sociedad, en el que el aborto se considera "un método anticonceptivo más".
    Hace años, incluso los defensores del aborto lo contemplaban como "un último recurso", algo a lo que sólo había que acudir si no quedaba más remedio. De ahí, la ley de 1985, en la que sólo se despenalizaba para los casos de violación, malformaciones graves o peligro para la vida de la madre.
    Es decir, se admitía el aborto, pero implícitamente se reconocía que era algo negativo, sólo justificable por la teoría del "mal menor".
    Ahora es aún más grave. Ahora se considera al aborto como algo equiparable a tomarse una pastilla o utilizar un preservativo, algo comparable a quitarse un quiste molesto u operarse de apendicitis.
    Tremenda la degradación de nuestra sociedad. Da miedo.

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