miércoles, 12 de junio de 2013

Besa y el encanto

Ramón Besa fue fraile antes que cocinero. Y se le nota. El periodista catalán añora en un artículo de El País la Iglesia católica, apostólica y romana en la que ofició de monaguillo. Ni que decir tiene que utiliza la nostalgia como arma cargada de futuro para tirotear a la curia actual, a la que acusa de haber perdido la capacidad de seducción, el encanto, el seny ¿Significa esto que sugiere que retorne el latín a las homilías? Nada de eso. Lo que en realidad quiere que vuelva es la magdalena de Proust.
Todo progresista que se precie lleva dentro a Peter Pan. También Besa, que convierte su artículo en un elogio al niño que fue para ensalzar solapadamente al hombre de progreso que es. Al progresista que es gracias a los curas que tuvo. Pero, ¿en qué quedamos? ¿Los curas de entonces no eran Franco con sotana? ¿No se escondía Millán Astray tras cada seminarista? ¿No domesticaba a los sacristanes el León de Fuengirola? Pues una de tres: o a Besa le traiciona la memoria o Besa traiciona a la memoria o es que, y va a ser esto, los curas, los de antes y los de ahora, nunca se olvidan.

2 comentarios:

  1. Somos aquello que nos hemos formado y conformado,pase luego lo que pase. Lo bueno es no mirar atrás,no hacer fantasmas de donde no los hubo, y seguir sintiendo dentro el mensaje del Señor.
    La paz interior no casa con el rencor,el odio ni los malos rollos,amigo Javier.
    Un abrazo.

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  2. La Iglesia de hoy es también aquella Iglesia que describe Besa. Un abrazo.

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