martes, 28 de mayo de 2013

Punto de encuentro

Para el laicismo la tentación vive arriba. Para ser más preciso en el séptimo cielo, que, diga lo que diga Machín, no es lugar de espera sino punto de encuentro. El laicismo entiende, por el contrario, que la Iglesia endulza la vida terrenal con el caramelo de la vida eterna a sabiendas de que es una engañifa, por lo que equipara la Luz de Luz con el neón de los clubes de carretera.
Las tentaciones católicas, para el laicismo, se condensan en la imagen pastoril del Belén: madre amantísima, padre responsable e hijo redentor. Demasiado bueno para ser real. Pero, como lo es, el laicismo pretende arrancar el sustrato teológico de la bondad, descascarillar la moral, descafeinar la fe.
Por eso arremete contra los planes del ministro Wert para la Religión en la ley de educación. Por eso asegura que el 70% de los encuestados está en desacuerdo con el refuerzo del Credo en la enseñanza. Por eso esconde en lo que puede que no es una asignatura obligatoria. Otra cosa es que no le guste la pareja académica que le han buscado. Si las matemáticas fueran opcionales tampoco conseguirían buenos números.  

2 comentarios:

  1. Me recuerdan a la fábula del zorro y las uvas,que por no poder alcanzarlas decía que no estaban maduras.
    Observo en todos ellos un odio a todo aquello que no entienden,dominan o no pueden asumir como vida propia. Pero en algo podemos coincidir:
    A mí,su laicismo,tampoco me convence.
    Un abrazo,amigo Javier.

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  2. Lo peor es que el laicismo engaña a los neutros al omitir que la asignatura es opcional. Intentan dar a entender que Wert se ha plegado a Rouco, cuando la ley en el puno de la Religión es pura sensatez. Un abrazo.

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