lunes, 20 de mayo de 2013

Monseñor y el agua bendita

Las feministas belgas están hasta aquí del arzobispo de Bruselas, monseñor Leonard, al que responsabilizan de que un sector de la población homosexual no se atreva a salir del armario en presencia de sus padres. Como Bélgica no es Irán con barrio chino está claro que los ataques que recibe el prelado tienen más que ver con la intransigencia laica que con la postura de la Iglesia en el asunto de la orientación sexual. De ahí el intento de enfrentar a De qué color es la piel de Dios con la bandera arco iris.
La valentía siempre acarrea riesgos. No rehuir el debate en el país más laicista de Europa ha convertido la cara de monseñor en mostrador de tahona a fuerza de llevarse tartazos, que es la munición al cabello de ángel que utiliza el laicismo radical para poner perdido al representante del dulce nombre de María.
A veces, por aquello de que en la variedad está el gusto, le hacen otras perrerías. La última, en la universidad libre de la capital belga, donde, cuando iba a impartir una conferencia sobre la blasfemia, cuatro chicas descamisadas le rociaron con agua bendita procedente de una botella con la imagen de la Virgen de Lourdes, lo que viene a ser como pintar el yugo y las flechas en la fachada de la casa de Blas Piñar con la intención de molestarlo. De hecho, el arzobispo, en lugar de plantarles cara, besó la botella, que es un modo suave de poner la otra mejilla.

2 comentarios:

  1. Claro,es que ser obispo,es decir,pastor,anciano,presbítero,tiene sus consecuencias inherentes al cargo o función:la de defender aquello que se le ha encargado. Y eso escuece a los que quieren una Igleisa no doméstica,sino domesticada,incluso rosa,verde o hasta marrón,colores,pero no de virtudes,sino de "sensibilidades",que se dice ahora.
    Creo que el catolicismo es lo suficientemente vivo,caritativo,regenerador por lo que es seguir a Cristo como para andarse ahora con luces de neón de vidas destrozadas aparentemente libres pero prisioneras del dolor(algo así ha servido para crucificar a mons. Reig cuando lo dijo)
    Un abrazo,amigo Javier. Tal como te digo últimamente,nos toca rezar,pero también actuar. Ora et labora. Los santos no suelen equivocarse.

    ResponderEliminar