martes, 21 de mayo de 2013

Cambalache geopolítico

En el plan de estudios de los primeros setenta Santander era una provincia costera de Castilla la Vieja, en tanto que Madrid oficiaba de rompeolas de todas las Españas integrado en una región de secano. El cambalache geopolítico de la transición alejó rápidamente a la novia del mar de sus pretendientes de interior y permitió a la capital del país tener espacio propio en los libros de texto. Lo que demuestra que la política es a la impaciencia lo que la rendija a la luz: el lugar por el que se cuela.
Al expirar la dictadura de muerte natural a los demócratas de toda la vida les faltó tiempo para acabar con el estatus territorial, que no era invento de Franco, sino consecuencia de la historia, que aunque es mucho más veloz que la geografía también se toma su tiempo. De hecho, como lo acontecido sobre  los movimientos tectónicos no garantizaban resultados a corto plazo, fue la política la que movió las montañas de sitio. Y al moverlas propició el corrimiento del sistema educativo, de forma que permitió que cada comunidad, al hacer de su capa un sayo, contara a los niños un cuento distinto: unas el del sastrecillo valiente y otras el del rey desnudo.
Ahora el ministro Wert ha ahormado una ley de educación que según parece permite que la historia encaje con los hechos y no con los intereses. Lo que resulta tan coherente como que la asignatura de Religión cuente para la nota media. No lo ve así la izquierda, que advierte de nuevo de que pedirá revisar el acuerdo de España con la Santa Sede. Arguye que el ministro ha sido el amanuense de Rouco, quien, de creer a sus detractores, estaría también detrás del intento de conferir al latín rango de lengua vehicular.  

2 comentarios:

  1. Un servidor,que peina canas hace tiempo,con mis 58 años he pasado por aquél excelente Bachillerato donde se explicaba todo bien,se aprendía y,¡oh sorpresa!,no salíamos traumatizados por nada,jugábamos como cualquier chaval,teníamos sentido del compañerismo y disfrutábamos de algunas alegrías que no pasaban por la televisión ni las maquinetas de ahora. Y en cuanto a Religión,algunos éramos congregantes marianos,pasábamos por la capilla voluntariamente antes de entrar en clase y aquí estamos,vivos y coleando,padres normales y corrientes y gente del montón...
    Claro que no íbamos a descubrir la cuadratura del círculo democrático porque vivíamos en sencilla paz y normalidad,en fe o en buenas costumbres y con eso teníamos más que suficiente,amigo Javier. Un abrazo.

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  2. Yo le tengo un enorme aprecio a mis profesores de entonces. Los planes de estudio posteriores, en lugar de combatir la ideología, han caído también en ella. Una pena. Un abrazo.

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