Felipe, el PCE y Canal Sur

Antes de que morir de éxito, variante fúnebre de dormirse en los laureles, fuera el método elegido por la izquierda para hacerse el harakiri, Televisión Española, entonces en manos de González, enviaba reporteros a los actos del PCE para mostrar el respetable el modo en que las vacas sagradas expertas en trashumancia, en exilio, ponían el collar del eurocomunismo a las ovejitas luceras.
Felipe, ya entonces, no tenía ningún aprecio por Carrillo, pero provenía de una generación en la que guardar las formas era un signo de inteligencia. Nada que ver con la falta de tacto de la parlamentaria andaluza de IU que ha pedido a Canal Sur la relación de gastos derivados de la emisión de espacios religiosos en la cadena pública autonómica. Como quiera que incluye las procesiones de Semana Santa habrá que aclararle que entre la Basílica de la Macarena y la finca de Las Turquillas media la misma distancia que entre el sueño de Jesucristo y la siesta de Sánchez Gordillo.
La diputada cuestiona también que el programa Esto tiene arreglo, que ayuda a familias en situación dramática, cuente entre los colaboradores con un sacerdote, ya que, según sugiere, para animarlos ya disponen de un psiquiatra, lo que viene a ser como equiparar a Cáritas con el Lexatin. Decir que un cura no tiene cabida en un espacio social es como decir que un comunista no la tiene al frente de una manifestación. Iba a decir al frente de un Gulag, pero mejor me callo.