jueves, 9 de mayo de 2013

Fray Luis y la ruta del bacalao

La ruta del bacalao no es el camino de perfección por mucho que el que anduvo sobre el mar esté relacionado con los peces a través de la aritmética caritativa: multiplica y vencerás. El mundo cree que el carpe diem es una mezcla de sexo, drogas y rock and roll, pero son muchos los que para vivir el momento no necesitan más que amor del bueno, agua de manantial y cuarteto de cuerda.
Fray Luis de León lo tuvo claro. Apostó en verso por el rayo de sol, la luna de Palencia y los trigales verdes. Y eso que lo que él llamaba el mundanal ruido seria hoy un lugar de reposo, que es lo que busca una amiga mía, con los nervios primaverales, a flor del piel, a la que he recomendado que pase las vacaciones en un monasterio. El de Silos, por ejemplo, donde la tranquilidad ayuda a ver crecer el ciprés, que es hierba mayor de edad.
El laicismo, que se pone contento con cualquier cosa, el pobre, cree que los monasterios están de capa caída, pero desconoce que les pasa lo que a las legumbres. Siempre están ahí. El sarpullido laico dura, en el peor de los casos, una vida. En el mejor, unos años. Después llega de nuevo lo bueno: siempre se vuelve a la fabada y siempre se retorna a la Iglesia.

2 comentarios:

  1. La verdad es que se les debe reconocer a estos laicistas,que no laicos,más moral(¡uy,lo que he dicho!)que el Alcoyano que,perdiendo doce a cero,pedía dos minutos de prórroga para empatar...
    Pero más que moral es tozudez nada sana,sino de esa toca gónadas que de vez en cuando merecen un papirotazo como el que se les da a las moscas molestas.
    Un monasterio,algo sólido y lugar de paz,estudio y trabajo,puede caer,indudable,pero siempre habrá un S.Francisco que,mirando al Cristo,repare la Porciúncula,esté o no esté en Asís.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Es tozudez, tú lo dices. Coces contra el aguijón. Un abrazo.

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