La Iglesia y Sofico

Si el mundo quiere que la Iglesia cambie es sólo para acabar con ella. So pretexto de democratizar a la institución pretende quitar los galones al clero para que, una vez convertido en soldado raso, se mimetice con una sociedad uniforme en la que, con el tiempo, perdería sus credenciales. La finalidad es que su visibilidad sea la de un salivazo en un charco, o, dicho al cinematográfico modo, la de una lágrima en la lluvia, lo que confiere al progresismo el papel de Harrison Ford.

El pretexto es que la Iglesia de base pide cambios. Pero, ¿qué es la Iglesia de base? El progresismo entiende que la que más se acerca al marxismo, para lo que vincula el mensaje de Jesucristo al programa, programa, programa de Julio Anguita, laico defensor de los pobres, lo que lleva a relacionar al cristiano de base con la declaración de la renta en lugar de con la humildad de espíritu.   

Pero como la humildad no cotiza en la lucha de clases, los intérpretes marxistas del cristianismo malinterpretan la realidad al acusar a la curia de tener una estructura piramidal, que un modo sutil de preparar el terreno a fin de equiparar al Papa con Madoff y, sobre todo, a la Iglesia española con Sofico, para lo que argüirá que tanto su logotipo, el caballito de mar, como su actividad contable tienen cierta relación con la multiplicación de los peces.