Jordi Évole se cuida muy mucho en el anuncio de promoción de El Follonero de hacer su pregunta pórtico (¿me he perdido algo?) en la sala de espera de una clínica abortiva. Así evita que una voz en off le responda:120.000 vidas al año, feto arriba, feto abajo. De modo que placentas, no, gracias. El reportero limita el ámbito de su interrogante puya a la banca, el clero y la derecha, que aquí, en esta España bananera, en esta Venezuela con paella, es el trío que sustituye al eje Berlín-Roma-Tokio.
Si Évole no fuera un valiente de salón las clínicas abortivas le darían mucho juego. Más que nada porque en ellas las preguntas salen de dos en dos, como cerezas o como mujeres del baño de señoras. Un ejemplo dirigido a directores de los tanatorios del pañal: ¿Intentan disuadir a las embarazadas de que no den el mal paso o le ponen patines a la duda para que lleguen antes al quirófano?
Contestarían que lo segundo, por supuesto, ya que esta gente se gasta en psicólogos lo que ahorra en comadronas. Así que no habría estado mal que Évole hiciera un programa especial del día de la madre en una clínica abortiva. No estaría mal, pero no lo hará porque anda escaso de coraje. Es tan incapaz de hacerlo como de preguntarle a Herodes si compra lotería de El Niño y a Pilato si es cierto que su nombre se baraja para consejero delegado de Aguas de Barcelona.
Cuando se es un "graciosillo oficial de la izquierda" se debe creer uno que todo le está permitido. Recuerdo un reportaje de éste sujeto en Israel y que un kibutzin le recordaba en hebreo al que le servía de guía:-¡Este tipo no va a hablar bien de Israel,deja de prestarle atención!.(En su haber,el sacar el minuto que duró la acción)
ResponderEliminarLa vida es sagrada,se pongan como se pongan los destructores de la misma.Lo que no entiendo es como pueden dormir tranquilos...
Un abrazo,Javier.
El Follonero nada a favor de la corriente. No le veo mucha valentía a eso. Un abrazo.
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