jueves, 11 de julio de 2013

Vanity Fair y la estatua de Francisco

La edición italiana de la revista Vanity Fair ha proclamado hombre del año al Papa, que a su vez ha pedido que retiren una escultura de su imagen recién expuesta en la Catedral de Buenos Aires. Francisco interpreta así con buen criterio el mensaje del Eclesiastés que propone que no se levanten estatuas a los ombligos: vanidad de vanidades, todo es vanidad.
El hombre cree que la única certeza es la muerte, por lo que se echa en brazos de carpe diem sin considerar que vivir el momento impide guardar para mañana. Así que el hombre gasta, goza, come, pero no reza, porque rezar es mirar el mundo de abajo a arriba, ser humilde. Y sólo los que hacen de su debilidad fortaleza pueden ser humildes. El mérito de Papa es que no convierte la humildad en un acto de soberbia.

2 comentarios:

  1. Las estatuas que erige el mundo pueden ser bellas,feas,reflejar parte de la realidad o mentir descaradamente,pero ninguna de ellas soporta un cambio de idea,moda o caprichos.
    En cambio,aquellos que miran al Señor como único ejemplo a seguir tienen vida eterna.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Es que el Señor no es una estatua ni una idea, sino el camino, la verdad y la vida. Un abrazo.

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