miércoles, 10 de julio de 2013

Beato del Opus

Hay que imaginar a Pinochet como postulante de la causa de Neruda para el Nobel de literatura, a Nicolás Maduro dándole al electorado venezolano buenas referencias de Capriles o a Fidel Castro restándole méritos a la batalla de Bahía Cochinos mientras mantiene una apacible conversación con Bush padre, el cerdo yanqui, para valorar, según los criterios del mundo, la magnitud del anuncio del Papa Francisco sobre la próxima beatificación de Álvaro de Portillo, el sucesor San Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus, ese colectivo que para el laicismo no es más que una prelatura VIP.
De lo que se deduce que la interpretación mundana del gesto reflejará el buen corazón del pontífice pobre con el beato de los ricos, la caridad del descamisado que le regala los gemelos al consejero delegado de Armani. O bien sugerirá que Francisco se ve obligado a hacerlo para mantener el equilibrio en el santoral, donde, según esa versión, la mitad del cielo comulgaría con el Papa polaco y el resto con el Pacto de Varsovia.

2 comentarios:

  1. Hacen falta más santos,ejemplos de vida.Si alguien es merecedor a ello,sé que el Papa no va a mirar como viste ni quién es.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Estoy de acuerdo. Sólo mirará su santidad. Un abrazo.

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