viernes, 5 de julio de 2013

Dios como respuesta

Otra muerte a mi alrededor. La muerte siempre desvía la atención. Pregúntale a Dios por qué, me piden desde el dolor, ese campo de minas que te obliga a transitar con cuidado para responder a quien sufre. En ocasiones es mejor que hablen los ojos, el lugar donde se dilata el cariño, que la boca, que si está cerrada no es para evitar que entren moscas o que salgan sapos y culebras. Es para expresar mejor la compasión.
La compasión es la traducción de la Biblia al latín vulgar, al día a día del hombre. Porque a través de ella Dios nos ofrece consuelo y respuestas. Dios es el hombro, pero también la mano con la que transitas el camino. Una mano en la que percibes el tacto de Santo Tomás y la esperanza de la resurrección. Dichosos los que creen sin ver porque contemplan el mundo desde la fe, que no es el lorazepam del alma ni la cafeína del espíritu, sino la respuesta de Dios.

2 comentarios:

  1. Cuando la muerte visita nuestro entorno es el momento de decir a Dios:¡Hágase tu voluntad,Padre!.Y siempre me he hecho esta pregunta:
    ¿Por qué no a mí?...
    Un abrazo,Javier.

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  2. Bueno, el tiempo de Dios es la vida eterna. Ya te veré por allí, si Dios quiere.

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