martes, 16 de julio de 2013

Francisco en Brasil

El niño que pone la cabeza en el vientre de su madre embarazada para escuchar el fraternal chapoteo de la placenta ¿no tiene algo de San Gabriel? ¿No le anuncia, a escala humana, la buena nueva? ¿No la bendice? El niño que pinta un belén con cuatro ceras ¿acaso no es también Miguel Ángel? Si en ambos casos su respuesta es sí está preparado para entender que el Papa, en su próxima visita a Brasil, busque a Dios lejos del itinerario oficial. Porque habrá entendido que ni la fe es un programa de mano ni Francisco el turista un millón. 
¿Quiere eso decir que Francisco visita Brasil en viaje de negocios?: No, porque el Papa, lejos de vender la salvación, regala el camino para acceder a ella ¿De placer, entonces?: No, de amor, que es el nutriente que necesita los marginados a los que visitará durante su estancia en Río para estar cerca del Padre ¿Quiere eso decir que Dios se encuentra en las favelas como en casa?: No, quiere decir que vive en ellas para que el hombre retorne a la caridad.

2 comentarios:

  1. No querer entender el mensaje del Señor,el del Evangelio,es negarse a la vida.Poner peros al caminar del Papa es reparar en la paja del ojo ajeno antes que ver la viga en el nuestro...
    Buen día del Carmen,Javier.

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  2. Él sabe por dónde tiene que caminar. Un abrazo.

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