martes, 1 de enero de 2013

Risa tonta

Es más que posible que Santo Tomás Moro, con quien fue elevado el humor a los altares, no superara, por facha, la prueba para recitar monólogos en el club de la comedia, donde el catolicismo sólo está representado de manera colateral por Enrique San Francisco y de manera directa por la cantidad de chistes de curas que causan la risa tonta de un público presuntamente inteligente.
Todos los chistes de curas parten de un clásico: el de la colecta para la capa. Pongo mil pesetas, pero lo capo yo. Ahora el humor anticlerical no persigue la castración del clero. Más bien lo contrario, toda vez que incluye la promiscuidad  en el catálogo de cualidades intrínsecas de los que se visten por la cabeza.
Para la progresía no hay nada que resulte más correcto que reírse de la Iglesia ahora que ya no queda bien decir en escena que los homosexuales cachas salen de los armarios empotrados y no se entienden los chistes sobre gangosos. Arévalo es pues prehistoria mientras Eva Hache garantiza el futuro de un humor chabacano con el que el respetable se mea. Lo que demuestra lo mala que es la sal gorda para la vejiga.

2 comentarios:

  1. La tal EH,poco dotada para muchas cosas es la bufona desagradable de la izquierda. Bien,dejémosla estar:prefiero a algunos de esos curas,como por ejemplo el párroco de Cristo Rey de Sabiñánigo,don José Manuel Pérez Pérez,ex-párroco de Canfranc,hombre bueno donde los haya o al P.Santiago Bretón SJ,eminencia en hebreo bíblico,amigos míos,sencillos y buena gente.
    Buen día,Javier.

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  2. Yo también prefiero a hombres así. Buen día y buen año.

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