miércoles, 16 de enero de 2013

Tele 5 y la esperanza

El Papa tiene dicho que los periodistas deben transmitir esperanza al mundo para ayudar a vivir con dignidad el presente. Tele 5, tenemos un Houston. Es obvio que la banda del Mirlitón de Jorge Javier Vázquez no comulga con esta idea. Ni con ninguna otra, habida cuenta de que para hacerlo hay que tenerla antes en el cerebelo. En cualquier caso es bueno puntualizar que cuando la Iglesia alude al tiempo ordinario no se refiere al que dura el programa más íntimo de la cadena amiga.
Fue Lope quien justificó que, puesto lo pedía el vulgo, se le hablara en necio para darle gusto, pero esta regla no es hoy de aplicación. Más que nada porque un necio de los de antes tendría en la actualidad rango de crítico teatral. Entre el espectador de entonces y el televidente actual media la misma distancia que entre el corral de comedias y el patio de vecindad de Sálvame. No es lo mismo pegar la oreja al lenguaje barroco que a la lengua de trapo que caracteriza a los tertulianos que desnudan en público su privacidad.
Que este tipo de programas comparta parrilla con los que pretenden para la Iglesia el martirio de San Lorenzo explica en parte la influencia de las tesis laicistas en una sociedad que, a efectos mediáticos, se aferra a la ley del mínimo esfuerzo. De hecho, la audiencia se comería vivo a quien tuviera la ocurrencia de proyectar ahora en horario estelar El perro del Hortelano. El espectador tipo da como mucho para aguantar una versión infantil de La ratita presumida. Si por él fuera Estudio 1 siempre acabaría en La 2.

2 comentarios:

  1. Una cosa es rebuscar en la basura física como hacen muchas personas desfavorecidas pero que así buscan su supervivencia,amigo Javier,conservando toda su dignidad,machacada,pero dignidad;y otra,ingerir voluntaria y alocadamente,la basura moral,hedonista,desnortada,que llena el alma de gusanos...por un mal puñado de dólares.
    Un abrazo.

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  2. En realidad, como bien dices, quienes rebuscan en la basura son personas necesitadas de apoyo. Por lo mismo, creo que los espectadores de estos programas también necesitan ayuda. Un abrazo.

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