domingo, 20 de enero de 2013

Doctorados en cuatro esquinitas

En los seminarios menores de España se forman para el altar mayor poco más de mil chicos que el día de mañana en lugar de ser arquitectos prefieren doctorarse en cuatro esquinitas. Es una opción tan valiente que merecen que hagamos en su honor palmas con las orejas por hacer ellos oídos sordos a una realidad que les invita a todo menos a dedicar su existencia a Jesusito de mi vida.
La institución eclesial valora la cifra de aspirantes a reclutas de Dios sabedora de que el Espíritu siempre sopla aunque aparentemente no se mueva ni una hoja parroquial. Para lo que, toda vez que las vocaciones no surgen por generación espontánea, resulta básico el trabajo de los catequistas, que enseñan a remar contracorriente a los futuros timoneles de la barca de Pedro.
Resulta meritorio que un millar y pico de adolescentes opten por el horizonte abierto en lugar de encerrarse en la desesperanza, el hábitat de moda de una sociedad que no busca más allá de sus propias narices para no encontrar el olor de santidad.

2 comentarios:

  1. Hace dos años apareció en Canfranc un joven que volvía de Lourdes como voluntario y también de discernir su vocación sacerdotal.Era abogado,habló con don José Manuel,el párroco de entonces y le pidió poder dirigirse a los fieles en la Misa del sábado:nos contó que marchaba al Seminario y pedía oraciones...
    Este verano le ví,le llamé por su nombre-Ignacio-se sorprendió que le recordase alguien y me contó que estaba sereno y alegre. Sigo pidiendo por él y por cada uno de los que,llamados por el Señor,han dado el paso adelante.
    Un abrazo,Javier,.

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  2. Cuando Dios nos marca un camino no los llena de sentido. Un abrazo.

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