miércoles, 2 de enero de 2013

Fuerza y musculatura


Como quiera que quienes en nombre de la paz de Dios construyen un puente sobre las aguas turbulentas del mundo no alzan la voz, el Papa acaba de hablar por ellos al resaltar la labor de los muchos que a la chita callando ponen un poco de orden en un planeta jalonado de gritos de Tarzán procedentes de quienes se creen reyes de la selva pero no pasan de señores de la guerra.
Al destacar el vínculo entre el silencio trascendente, sustentado en el ora y labora, con la armonía Benedicto XVI expresa el inmenso poder del bien, que hoy como ayer es mal calibrado por los que no ven más allá de sus ojos, tal que Stalin, qué preguntó con sorna por el número de divisiones que tenía el Papa cuando, asediada Rusia por la cruz gamada, un asesor le propuso pedir el apoyo de la Santa Cruz.
La pregunta del dictador evidencia que confundió fuerza con musculatura.  De hecho, cuando el anabolizante de la lucha de clases dejó de hacer efecto la dictadura del proletariado se quedó, si acaso, en estatuto de los trabajadores. Los poderosos de ahora cometen el mismo error porque consideran que un sacristán no tiene el arrojo de un cadete y que no hay punto de comparación entre un vicario y un mercenario. De ahí que ataquen a la Iglesia. No entienden que es inútil abrir fuego contra el agua bendita.

3 comentarios:

  1. No entienden,ni quieren entender,que hay más fuerza y amor(es lo que odian,el amor)en el documental "El Gran silencio" o en la película "De dioses y hombres" que en millones de discursos vacíos psudoprogresistas,hedonistas y desesperanzadores. Por mi parte,ante esta gente,caridad,pero firmeza.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Me lo dejaba en el tintero,y no es justo: eres un excelente articulista. Compendias en un par de párrafos belleza,realidad,ironía,buen decir y muchas virtudes más.¡Felicidades!.

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  3. Nada más elocuente que el amor. En cuanto a los elogios, tu amabilidad me da fuerzas para continuar. Un abrazo.

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