martes, 29 de enero de 2013

Cabeza y corazón

La suma teológica de Santo Tomás de Aquino establece que dos más dos es igual a Dios. Tanto da que se tome a la fe como primer factor y a la razón como segundo o que se altere su orden: el producto es el mismo. Contra lo que se cree, las objeciones a su existencia son de índole emocional. No es la cabeza, sino el corazón el que argumenta en contra, entre otras cosas porque la inteligencia hace el vacío a quienes teorizan sobre la nada como punto de partida y estación término.
Aunque la corazonada es la intuición del amor, la teología prescinde de ella para asentar la certeza de Dios, que es menos búsqueda que encuentro. Precisamente, el santo de Aquino dejó inconclusa su gran obra porque una experiencia mística le puso los pies en la tierra, a imitación de lo que ocurrió a San Agustín cuando, mientras meditaba cómo descifrar el misterio de Jesús trino, un niño le dijo que si quería resultados mejor intentara meter el agua del mar en un minúsculo agujero. Más difícil que un hoyo en uno.
Otra cosa es sentirlo. Aunque les pese a los descreídos, la Santísima Trinidad no es una amalgama de cuerpo, alas y cielo porque Jesús no es un Ícaro con parábolas, sino la expresión divina de la redención del hombre. Sentir el Espíritu es comprender al Padre y entender que el hijo no es la piedra filosofal sino la que desecharon los arquitectos. Que no hay en él magia, sino milagro.

2 comentarios:

  1. La fe es un regalo,ella nos hace andar con el amor en la alforja y,cuando cansados de trabajar te paras a descansar,la razón es como un buen libro que te ilustra o un café que te despierta.
    Buen día de S.Valero,patrón de Zaragoza.

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  2. Un regalo y un café. Preciosa comparación. Buen día.

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