jueves, 10 de enero de 2013

Manos Unidas, la predicación y el trigo

La caridad, entendida como medalla del amor, convierte el hambre de ayer en pan para hoy y tahona para mañana. Si le das pez a un pobre, comerá un día, si le enseñas a pescar, fundará una naviera. Así lo entiende Manos Unidas, institución católica que otorga a la limosna categoría de capital inicial, de modo que convierte el buen gesto en inversión de futuro en países en estado de extrema necesidad, donde obra el milagro de que el altruismo se convierta en plan de desarrollo.
La organización considera que Jesús se refería a esto cuando en ocasión memorable, allá por el treinta y tantos de nuestra era, pidió a los apóstoles que aportaran a la multitud desfallecida el hidrato de carbono de la fe a través del pan consagrado. A imitación del maestro, Manos Unidas evangeliza con el ejemplo, pues sigue la línea continua que enlaza predicar con dar trigo. De ahí que gaste el dinero en proyectos agrícolas sobre el terreno en lugar de limitarse a pedir desde la lejanía cereal para todos.  
Y quien dice campo, dice canalizaciones que la organización ha construido para aquellos que a fuerza de carecer de agua potable tenían una relación meramente mitológica con el grifo. Ese que, por cierto, en el ámbito de la financiación se ha cortado para nosotros. Ahora que España vuelve a ser país emergente se entiende mejor la labor de Manos Unidas. Y de la Iglesia. No me cabe duda de que si un día retornamos a la cartilla de racionamiento los primeros que nos tendrán en cuenta son los que leen el libro de los Números.

2 comentarios:

  1. Caridad es lo que sale del corazón,charitas,pero como ahora no se entienden los latines le llaman solidaridad,compromiso y algunas definiciones más vacías de contenido que un cartón de leche agotado. Sigo pensando que la parábola del samaritano tiene la misma vigencia que hace dos mil años,Javier.
    Un abrazo.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo. Buen día.

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