El jesuita Azubialde Echevarría, Vicente del Bosque con rosario, tiene a los obispos concentrados en Pozuelo de Alarcón para la práctica de ejercicios espirituales. Los titulares de la diócesis entrenan a las órdenes de este sacerdote que impone las directrices tácticas del fundador de su compañía, San Ignacio, pionero en la utilización del silencio y la oración a modo de doble pivote para cerrar el paso al ruido externo y destruir con el Padrenuestro el ataque por las bandas de la madre tierra.
La misión del equipo titular convocado en la Valdebebas eclesial
es dar ejemplo al de categorías inferiores, donde se foguean diáconos que
apuntan alto, a la vez que fortalecer las virtudes para plantar cara al bronco
equipo laicista, experto en marrullerías con la connivencia del juez único de
competición, la sociedad civil, que no quiere saber nada de las faltas con que
el combinado ateo pretende estrangular el juego del equipo de los alzacuellos.
De ahí la importancia de la fisioterapia divina, que
proporciona a los prelados abdominales para meter en cintura a las tentaciones
y pectorales para acoger mejor al sagrado corazón. La preparación es básica
para rendir después bien en misa y combatir en la calle con el contragolpe las llegadas peligrosas del
extremismo secular. Una zaga de prelados que en vez de aplicar el cerrojo abra
el juego posibilita que se muevan a la
perfección en la línea media tres personas distintas y en punta un sólo Dios
verdadero.
Viví mi mes de Ejercicios Espirituales en 1972,en la Santa Cueva de Manresa:oración,silencio,discernimiento,escucha,lecturas,Eucaristía,acción de gracias,petición de perdón tras reconocer las culpas,deseo de renovación,elección de las dos Banderas(la del Señor o la del Mal). Doy gracias por esos cuatro años en la Compañía de Jesús y sé que el Señor escribe con sus letras y nosotros hemos de estar simplemente atentos a qué dice. Un abrazo,Javier.
ResponderEliminarElegiste bien. Buen día.
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