miércoles, 23 de enero de 2013

Parió la abuela (un neandertal)

Peinar bombillas y chupar candados eran en mi infancia tareas idóneas para extravagantes con pocas luces. Ahora que el flexo es historia y la domótica sustituye a las llaves el acceso a las tareas absurdas queda restringido a iluminados que brillan por su alto coeficiente intelectual, como George Churh, padre de la biología sintética que busca una chica valiente para implantarle genoma neolítico. El objetivo es que alumbre un bebé neandertal que sea fruto del amor transgénico de una mujer moderna con Cuchi Cuchi.
Sin embargo, aunque la técnica del insigne biólogo no está dirigida a la tercera edad, la que va a parir es la abuela. Puesto que somos muchos y mal avenidos, sólo falta que el sabio clone a la especie extinta, lo que hará a poco que la civilización sapiens sapiens tenga el día tonto tonto, aunque no sesa coherente reunir a los que han patentado el napalm con los que andan todavía en busca del fuego, a los que inspeccionan Marte con los que adoran al sol.
Y como tampoco es ético la comunidad política le dará a las malas el visto bueno. Ya veremos en qué queda el experimento. Cierto que la ciencia avanza tanto que de aquí a poco es capaz de recuperar la fauna y flora de los bosques neolíticos a partir del ADN del insecto palo, pero no será lo mismo. La clonación de neandertal sólo acredita niños robustos sin necesidad de excederse con la Milupa. Como tendrán más capacidad craneal, será más cabezones sin que sean más listos. En realidad, se chuparán el dedo, como todos. La diferencia estriba en que para que duerman los padres tendrán que entonarles rock duro en lugar de nanas.

2 comentarios:

  1. La estulticia llega a veces a ser tan osada como el que intenta subir al Everets con zapatillas de verano y pantalón corto.¡No tiene remedio!. Yo dudo si son científicos o "ecolojetas". ¡Hay gente pá to!.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Son de lo que no hay. Buen día.

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