miércoles, 21 de noviembre de 2012

La lavativa de Tomás Gómez

Para un blasfemo el hábitat de Dios es el inodoro, así que no encuentra mejor ecosistema para el agua bendita que la cisterna. También suele hacer sus necesidades en el copón y extiende el imperio del papel higiénico hasta los confines de la Virgen María. Puesto que ni siquiera concibe un punto limpio para la Inmaculada está claro que padece diarrea mental.
También recurren a la lavativa cerebral los que con palabras menos fétidas ensucian el nombre sobre todo nombre, tal que hace de continuo Tomás Gómez, jefe de los socialistas madrileños. La última del capitoste ha sido reprochar a su rival Ignacio González que pidiera ayuda al Omnipotente cuando conquistó el poder de la comunidad. Si te parece se la pide a la Tercera Internacional, madre política de aquella segunda república en la que ardió la primera comunión.
Esto sólo pasa en España. Aquí se arma la de Dios por mencionarlo mientras que en otros lugares no hay problema con las rogativas presidenciales. En Estados Unidos Obama jura ante Él, y no por imperativo legal, sin que nadie se escandalice. Pero los americanos, ya se sabe, son como niños, pensará Gómez, para quien el Altísimo, todo un Señor, es poca cosa al lado de Largo Caballero.

2 comentarios:

  1. Quien siembra odio no daña tanto al otro como a sí mismo...(Ayer tuve rota la línea telefónica pero hoy,un estupendo operario de Movistar la ha apañado).Un abrazo.

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  2. Para eso, alegrarnos el día, están los operarios. Un abrazo.

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