viernes, 9 de noviembre de 2012

Discrepancia con la venia


Un chiste malo es aquel que de forma simple utiliza el doble sentido en una sola dirección. La que enlaza con los homosexuales, por ejemplo.  Ahí va uno: El Tribunal Constitucional tiene la gracia en el culo al equiparar el matrimonio gay con el católico. Me lo partiría en dos mitades si no fuera porque no hay que tomarse a broma la resolución que proporciona cobertura legal a los matrimonios entre personas del mismo sexo, al maridaje entre marido y marido o, por decirlo con palabras de Mecano, entre mujer contra mujer.
Puesto que el colectivo homosexual es, junto al católico, la mayor víctima de la sal gorda esparcida en la olla podrida del ingenio barato huiré de la chanza fácil por la solidaridad que nos debemos los perseguidos, sin que eso implique, con la venia, que esté en nada de acuerdo con la decisión del tribunal, que en este asunto, como en otros, cede a la presión ambiental para estar en sintonía con los tiempos.
Lo que deja a la Iglesia prácticamente sola en medio de la tormenta. Habrá quien piense que a la barca de Pedro le gusta batirse con el oleaje, pero lo cierto es que no le guía el masoquismo, sino la coherencia. El rechazo católico al matrimonio homosexual, lejos de ser arbitrario, se sustenta en la ley natural y tiene consecuencias prácticas. El sí quiero de toda la vida deriva en una bella fórmula matemática, creced y multiplicaos, que asegura el relevo generacional. O lo que es lo mismo, la cotización a la Seguridad Social.
El dictamen jurídico que ampara el matrimonio homosexual convierte lo atípico en derecho, pero los enemigos del clero argumentan al revés para resaltar que son los obispos los que por no moverse de su sitio se han quedado rezagados. El error estriba en ignorar que los sacramentos sobreviven a las modas inventadas contra ellos. Pocos recuerdan ya el primer bautizo por lo civil de Sabiñánigo. La causa está clara: no es posible dar la batalla al Jordán con agua del Ebro.

5 comentarios:

  1. El profesor don Daniel María Tirapu Martínez ha publicado un artículo jurídico sobre esta resolución del Constitucional.

    http://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/rej/article/view/551 Quiero leerlo con serenidad.Ya lo he descargado. Estoy convencido que esa resolución no va en el sentido de favorecer a homosexuales ni lesbianas,que me merecen como personas individuales todo el respeto;sino a dinamitar la sociedad cristiana que es el oponente al relativismo masón que encarna el socialismo.
    Buen viernes,Javier, y que la Virgen de la Almudena vele por toda España.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo. La sentencia tiene un objetivo sibilino. De todos modos, sobreviviremos. Como siempre. Un abrazo y gracias.

    ResponderEliminar
  3. Magnífico comentario.

    Una vez le preguntaron a un obispo por qué la Iglesia se ponía al matrimonio entre personas del mismo sexo si sólo se celebraban en el ámbito civil. El monseñor contestó que la diferencia entre una unión y la otra era la misma que entre los billetes de quinientos verdaderos y los falsos: a fuerza de circular los falsos, el verdadero pierde valor.

    ResponderEliminar
  4. Pero nosotros sabemos el valor del verdadero. Y esa alegría no nos la quitará nadie. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Pronto ejercerán su derecho a huelga reclamando el bautismo o la comunión civil. ¿Que nos apostamos?

    ResponderEliminar