jueves, 8 de noviembre de 2012

Física de Dios

Una insigne paleontóloga vislumbró hace un lustro el nacimiento de la consciencia en un par de huellas de cavernícola sudafricano. Al estudiar el rastro del empeine sobre el terreno dedujo que el australopiteco retrocedió sobre sus propios pasos, lo que le llevó a afirmar que por vez primera el hombre dudó. Alcanzar tal conclusión unos cuantos millones de años después de la andadura no admite dudas sobre el riesgo del exceso de imaginación para la salud mental, pero la comunidad científica no cuestionó la teoría que vinculaba la vuelta atrás del antropomorfo con la llegada de la incertidumbre al género humano.
De lo que se deduce que la comunidad científica es capaz de comulgar con ruedas de molino siempre que el agua acabe en el suyo. Aunque eso implique no tender puentes al resto. Sobre todo si ese resto, del que la Iglesia forma parte, se lleva bien con Dios, hacia el que un batallón de especialistas dirige en masa el Big Bang a modo de pim, pam, pum contra la fe.
El británico Higg ha sido el último de ellos en utilizar la física como tiro contra la Gracia al asegurar que la partícula que apadrina, bautizada en su día con el nombre del Padre, nada tiene que ver con la teología. Que lo demuestre. Porque hasta ahora, aunque le pese, el argumento para diferenciar la ciencia de la divinidad consiste en utilizar la gran explosión contra el dueño de la pirotecnia. Parece mentira que sea ducho en la materia.

4 comentarios:

  1. Hay buenos antropólogos,incluso no creyentes,que han reconocido que los hombres de las cavernas(a veces no tan bestias como se les ha definido...supongo que al no poder defenderse,el palo para ellos es gratis)cuidaban a los enfermos y tullidos por restos de una niña con lesiones medulares y en su esqueleto.
    Lo que aquella gente tenía era un soplo del Espiritu Santo sobre ellos aunque se sonrían los de siempr,Javier,cosa que,por otro lado,me la trae al pairo.
    Uno ya ha toreado en plazas de primera durante años(no es mérito mío sino la vida misma)como para asustarme ahora con una "placica" de tercera como puede ser las opiniones e invectivas de los negadores de todo menos de lo suyo.
    Un abrazo.

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  2. Restos encontrados,quiero decir. El alma humana no es algo que se pueda pesar ni medir.Es demasiado grande y hermosa para ello. Recuerdo ahora emocionado al P. Pierre T. de Chardin SJ,que hablaba del Espíritu de Dios que sobrevolaba las llanuras de China donde encontró restos de humanos. (El Medio divino)

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  3. ¿A ti no te resulta sorpredente que esa comunidad acepte las teorías más peregrinas y desvincule sin asomo de duda a la ciencia de Dios? Un abrazo.

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  4. Como decía Chesterton: el que no cree en Dios,acaba creyendo en cualquier cosa.
    Un abrazo.

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