martes, 13 de noviembre de 2012

Posada al peregrino

Berlanga demuestra en Plácido que en la época de la copita de anís sentar a un pobre en la mesa de la alta burguesía equivalía a beber champán en un botijo. O a trinchar la lubina con una cubertería de plástico. Que es lo que el cineasta quería. De la cohabitación en el mismo plano del estómago refinado y el eructo sin depurar surgió la brillante parodia de aquella sociedad enferma a la que don Luis aplicó el ojo clínico característico de quien, por haber visto tantas cosas, estaba curado de espanto.
Hoy habría tenido difícil captar aquel contraste coral porque los mendicantes actuales, procedentes de la extinta clase media, ni gastan boina ni acumulan sabañones ni llevan el gen del hambre adherido al ADN. Además, no hay comicidad posible en su pose digna ni se les puede achacar que duerman en la calle tras hacerlo en los laureles. Tampoco que sean víctimas de un sueño de gloria causado por la abeja de Nueva Rumasa, prima segunda de la mosca tse tse.
O sea, que esta gente da, como mucho, para un docudrama. No obstante, a quien quiera rodar la segunda parte de la obra maestra del director valenciano siempre le queda recurrir a protagonistas foráneos. Y no para firmarlos en localizaciones extranjeras, sino en la vuelta de la esquina. Claro que banquetear a un senegalés y después permitirle echar una cabezada en el tresillo es una opción tan posible como improbable. Más que nada porque la propuesta eclesial de dar posada al peregrino tiene aquí cerradas todas las puertas. Lo normal en una sociedad que, a fuer de dar el cante racista, es capaz de reventar un día de estos un concierto de Jorge Negrete.



2 comentarios:

  1. Se puede seguir siendo cristiano,Javier.Quiero poner un ejemplo personal por el simple hecho del ejemplo(el resto es cumplir con mi deseo de ser cristiano):
    Conozco a una familia nicaragüense excepcional: El padre,cocinero en un restaurante de una población aragonesa...
    Trabajador,sensato,buena persona.La esposa,una mujer trabajadora,alegre,una mulata vital y emprendedora(esperando sus papeles) y un pequeñín de tres años que es un torete. Se une a ellos un antiguo jefe de mantenimiento de la empresa donde trabajaban en Nicaragüa,José,sencillo,"indito",como dice él,con manos para reparar todo. Pues bien,decidí ayudarles en lo posible. A ella le busco trabajo siempre que puedo.Ya le he encontrado dos pequeñas chapuzas. Y a José lo he empadronado en mi casa legalmente,del pueblo,para que pueda solicitar el arraigo. Lo mejor es que hablé con el párroco del pueblo;le ha dado trabajo de ayuda mecánica,le evita estar parado sin hacer nada y le ha reparado la casa rectoral,la iglesia,y como este sacerdote lleva 9 parroquias,hay tajo para rato. Se han podido alquilar un apartamento modesto pero con dos habitaciones,una para el matrimonio y el chico y otro para él. Dios les bendiga. Un abrazo.

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  2. Y que te bendiga a ti también. Es maravilloso lo que haces. Un abrazo.

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