viernes, 1 de marzo de 2013

Los zapatos del Papa emérito

El verano es la capital de la infancia, que es a su vez es la patria del hombre porque la inocencia carece de fronteras definidas. El propio Jesús dijo que un niño es un ejemplo de eternidad. En Villanueva del Arzobispo, mi pueblo, los críos, que teníamos una noción intuitiva de las estaciones, sabíamos que la temporada estival empezaba cuando López, que había emigrado a Madrid, desembarcaba junto a su amplia prole en la casa de la puerta verde. Lo primero que hacía era cambiarse de ropa, sustituir el traje de faena por zapatos de rejilla, pantalón claro y camisa azul cielo.
Si ahora recuerdo su atavío es porque Benedicto XVI renuncia junto al sillón de Pedro a su hermosa vestimenta para lucir una sencilla sotana blanca, sin esclavina ni fajín, a fin de adecuar la imagen a su nueva vida, que posiblemente no será como el verano de López, porque la oración a la que dedicará su tiempo es un combate contra el general invierno, pero que refleja la sencillez del Papa emérito, su desapego de la pompa, su apego a la humildad.
López, que pertenecía, como el Papa, como mi padre, a una generación de hombres decentes, caminaba con la lenta placidez de quien ha cumplido con su deber. Tenía seis hijos y a todos les propuso un horizonte. La satisfacción no le hacía pisar fuerte. Tampoco lo hará el Papa, que ha cambiado sus mocasines rojos por unos de un marrón discreto, el color idóneo para su paso de susurro.

2 comentarios:

  1. Ayer fue un día de momentos que deben ser tenidos en cuenta en su significado: Benedicto XVI se despide de los cardenales,pero también lo hace de los fieles,a los que da las gracias.
    Sobrevuela el Coliseo,lugar de martirio de tantos cristianos,llega a Castelgandolfo,su casa temporal,y vuelve a saludar afectuosamente a los fieles,los bendice(ya llevaba una camisa azul celeste con alzacuellos blanco)y los Guardias Suizos cierran ceremonialmente el portalón,dejando a la Gendarmería vaticana al cuidado de su seguridad.
    Eso está bien,pero éste obispo émerito de Roma tiene otra protección mayor,la de Cristo,al que se remite como peregrino en los años que le queden de vida.
    Propuse ayer denominarle Benedicto XVI "el sencillo",creo que lo merece.
    Un abrazo,Javier.

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  2. Sencillo es el adjetivo que le cuadra. Un abrazo.

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