miércoles, 6 de marzo de 2013

Elección infalible

Aunque intervenga el Espíritu Santo, pito, pito gorgorito no será el método utilizado para la elección del nuevo inquilino de El Vaticano, cuyo sillón vacante tampoco se lo disputarán los cardenales mediante el juego de la silla mientras suena por el magnetófono del camarlengo Ven, ven, Señor, no tardes.
La elección se hará como manda Dios, que adelantará el Pentecostés para evitar que la fumata blanca sea una lotería derivada de las mundanas quinielas previas. De ahí que los propios electores circunscriban su pronóstico a la duración del cónclave en vez de al resultado, que una cosa es tener mano y otra pillarse los dedos.
El final, con todo, está ya escrito. Dios, que vale por tres personas distintas, es previsor. No hay miedo pues de que deje de aparecer por el cónclave durante la jornada de reflexión para orientar el sentido del voto de sus eminencias. En El Vaticano, cuando los tiempos cambian, la respuesta no está en el viento. Está en el soplo.

2 comentarios:

  1. Para mí es algo claro: El Señor puede sacar del cardenal más incapaz para ser Papa al mejor Papa que la Iglesia pueda tener.
    Si lo logró de la Magdalena,de Leví,de Pedro,de Juan Ciudad,de Ignacio de Loyola,de Juan María Vianney o de nosotros mismos,que de vez en cuando elevamos los ojos al Padre y le pedimos fuerzas para mejorar,el ponerle condiciones al Espíritu Santo es tan inútil como querer parar un río con el cartón de una caja de galletas.
    Un abrazo,amigo Javier.

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  2. Exactamente. El elegido será perfecto, aunque no se lo parezca al mundo. Siempre ha sido así.

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