lunes, 4 de marzo de 2013

El asombro y las sorpresas


El hijo del Trueno no era el novio de Sigrid de Thule por más que haya quien pida a los cardenales la valentía de los apóstoles para evitar que salga elegido un Papa reaccionario. Pura incongruencia si se tiene en cuenta que a la vez que exaltan a los primeros cristianos apuestan por un pontífice más relacionado con el día a día que con la eternidad, por alguien capaz de sustituir el asombro que proporciona el cielo por las sorpresas que te da la vida.
A su modo de ver El Vaticano tiene que tener una fe ciega en los que le miran mal y le aconsejan peor. En los que le sugieren, por ejemplo, la ecuménica cohabitación del botafumeiro con la cachimba, so pena de que de no hacerlo la Iglesia deberá aplicarse a sí misma el séptimo sacramento porque la falta de movilidad la llevará al silencioso lugar donde el RIP campa a sus anchas.
Queda claro que los mismos que anuncian la muerte de la Iglesia por esclerosis múltiple son los que le intentan administrar el cianuro en cuchara de café para que parezca un accidente. Arguyen que la santa casa madre amenaza ruina, que no es más que fachada, que padece una aluminosis grave que sólo se cura con la modernización de los cimientos. Les escucho y parece que oigo a Valdano argumentar los motivos por los que era necesario sustituir a Del Bosque cuando mejor le iba al Madrid.

2 comentarios:

  1. Siempre he creído que cuando te hacías un traje,quien debía acudir al sastre era el interesado,porque si no es así,puedes acabar con una chaqueta estrecha o dos tallas más grandes,y con un pantalón que deja ver las canillas o por el contrario,uno de esos de pata de elefante de mis tiempos jóvenes.
    Es igual que "los falsos buenos samaritanos": no pueden ver la miseria ajena y por eso,procuran no tener contacto con ella...
    Buen día,Javier.

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  2. Tú lo has dicho: el traje les viene grande. Un abrazo.

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