sábado, 9 de febrero de 2013

Clavos en La Almudena

Decir que los tiempos adelantan es una barbaridad. Más bien degeneran. Antes era costumbre abandonar a un recién nacido a la puerta de una iglesia y ahora lo que aparece es una bomba en el confesionario de la Catedral de La Almudena. Entre ambos hechos media la misma distancia que entre la placenta  y el detonador, esto es, que entre la vida en cierne y la muerte en un clic. Digo esto porque se ha restado importancia al hallazgo en la en la capital del perdón de un artefacto preparado para algo más que asustar a la gente pía asidua a la misa del gallo.
El artefacto en cuestión es de intensidad media baja. No es una granada de mano, pero tampoco una perita en dulce. La explosión habría generado daños materiales, menores, si se quiere, pero intencionados. El kilo de pólvora no lo había dejado olvidado la fallera mayor y la bombona de butano no estaba allí para sugerir que es tiempo de cocinar porque llega el de abstinencia.
Otra cosa es que el que dejó el recado no recibiera el entrenamiento adecuado. Al parecer, la bomba de relojería se planificó a partir de la canción de Lucho Gatica, por lo que, al no marcar las horas por deseo expreso del titular, lo mismo estalla en vísperas que en maitines. Lo que lleva a plantear que el autor se rige por un huso diferente al de España. Tal vez el que dejó la libra de clavos es un convecino de Carlos Mejía Godoy, el de Palacagüina. El problema ahora es saber dónde escondió el formón.

2 comentarios:

  1. Rodear la noticia,como se ha hecho,de cierto romanticismo anarquista(¿?)es comparar un diamante sudafricano con el culo de una botella de gaseosa la Casera,por decir algo.
    Autodenominarse comando Mateo Morral(un angelito-ironía)es tener más eggs que una granja avícola.
    Se comienza con tontadas y se acaba matando cristianos o no cristianos,para el caso,seres humanos,en nombre de su libertad criminal.
    La Policía debe actuar con prontitud y firmeza...y acierto,por supuesto. Un abrazo,Javier.

    ResponderEliminar
  2. La diarrea mental produce estos actos. Un abrazo.

    ResponderEliminar